España
El inquilino moroso acorralado
El «desahucio exprés» también está encaminado a dar más seguridad al propietario de la vivienda.
La pesadilla que quita el sueño a todo casero comienza cuando un inquilino remolón deja de pagar un mes de alquiler, se acentúa cuando el retraso se convierte en morosidad permanente y sólo acaba cuando tras presentar una demanda de desahucio ante los tribunales, –y tras un arduo y largo proceso judicial que, por lo general, suele prolongarse varios meses– consigue desalojar al moroso.Para que el mal sueño no se convierta en realidad, en los últimos meses se han intensificado las iniciativas para poner cerco a los inquilinos morosos, origen de este círculo vicioso y, en gran medida, de la desafección que los propietarios españoles tienen para alquilar sus viviendas.Las agencias de alquiler públicas como el Plan Alquila de la Comunidad de Madrid o la Sociedad Pública de Alquiler (SPA) han recurrido a estudios de solvencia económica de los potenciales inquilinos para prevenir que las casas sean arrendadas por potenciales morosos. Más durezaSin renunciar a esta herramienta, Alquiler Seguro se ha propuesto ir un paso más allá. La compañía, que gestiona de forma integral alquileres de viviendas a cambio del 5% de la renta, se ha adherido de forma reciente a la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (Asnef), con lo que aquellos que alquilen su vivienda a través de esta empresa ya pueden incluir en este fichero de morosos a los inquilinos que no paguen la renta.Los efectos de la inclusión en este listado son devastadores. «Simplemente, al comprobar que tienes pagos pendientes, los bancos te cortan todo tipo de crédito», resume Gustavo Samayoa, secretario general de la Fundación de Usuarios-Consumidores Independientes (FUCI). Samayoa no tiene claro que medidas como ésta sean las más apropiadas en una coyuntura económica tan delicada como la actual. «Si la gente no paga ahora su alquiler no es porque no quiera, sino porque, sencillamente, no tiene dinero para hacerlo», se lamenta. Gustavo Rossi, consejero delegado de Alquiler Seguro, que cuenta con 5.000 clientes y un índice de morosidad cero, asegura que su empresa tan sólo persigue «garantizar la tranquilidad del arrendador», al que considera la parte más débil en todo proceso de alquiler.Para mayor seguridad del propietario, la compañía también ofrece la posibilidad de consultar el Fichero de Inquilinos Morosos (FIM), una base de datos que contiene información sobre arrendamientos impagados aportados por arrendadores y profesionales del alquiler y que contiene información sobre sentencias de desahucio. Precisamente, desde el pasado mes de julio el FIM ha incorporado el contrato SMS y el SMS Certificado como mecanismos de lucha contra la morosidad en los arrendamientos residenciales. Ahora, los propietarios pueden visitar la web de FIM y por 14,99 euros realizar una consulta acerca de su potencial inquilino, introduciendo el nombre, apellidos y teléfono móvil de éste.Los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (APIs) también podrán recurrir a la documentación de este fichero en virtud del acuerdo que firmaron con FIM Ibérica el pasado 20 de abril.No tan rápidoY si las medidas «preventivas» no son suficientes, siempre queda el «desahucio exprés». La reforma, aprobada a finales de 2009, persigue agilizar los trámites de desalojo de inquilinos morosos. En Barcelona se tarda entre cuatro y seis meses en dictar una sentencia de desalojo desde que se presenta la demanda. En Madrid, la horquilla es de entre siete y nueve meses. Con el «desahucio exprés», se persigue que dicho plazo se acorte a sólo dos meses. El problema, según los expertos, es que aunque se han agilizado mucho algunos trámites, el juez sigue sin tener una fecha límite desde que se presenta la demanda para iniciar el proceso y señalar el juicio. Y teniendo en cuenta la saturación del sistema judicial español, la agilización real del desahucio será por ello más que relativa.
Ala cola de EuropaFomentar el alquiler como alternativa para que los menos pudientes puedan tener un hogar digno se ha convertido en una de las principales obsesiones del Gobierno. Y aunque, según los últimos datos, los pisos de primera residencia en alquiler ya representan el 13% del Parqué total, la cifra todavía está muy alejada del 40% de media europea. Entre los principales argumentos que se esgrimen para justificar tan bajo porcentaje están no sólo la cultura de compra de vivienda, tan arraigada en España, sino también en el desamparo de los propietarios ante situaciones de impago. Medidas como el «desahucio exprés» o la impulsada por Alquiler Seguro persiguen precisamente proteger al propietario para que resulte más atractivo poner en el mercado de alquiler su vivienda.
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