Nueva York

Magdalena de Suecia enamorada

Ocurrió el pasado domingo. Lugar: el Boathouse, un exclusivo restaurante de Central Park, conocido por sus suculentos «brunch». La princesa Magdalena de Suecia entraba alrededor de las tres de la tarde acompañada de un joven, algo más alto que ella, pelo castaño, apuesto, pero algo tímido, con el que disfrutó del aperitivo en la barra del bar.

Magdalena, de paseo por Manhattan
Magdalena, de paseo por Manhattanlarazon

La complicidad entre ellos era evidente, pero sobre todo –aseguran los testigos– la tranquilidad y alegría que se podía palpar en la segunda en la línea de sucesión al trono sueco. Esta escena, que pudieron contemplar los neoyorquinos que abarrotaban el local, la captó con su móvil alguien que reconoció a la princesa y se la hizo llegar al diario sueco «Expressen» que ha publicado en su web el vídeo, en el que no se puede identificar con claridad al joven ni se deja constancia de los besos y abrazos que se profesaron cuando se sentaron en la mesa del restaurante a disfrutar del almuerzo. Algún periodista nórdico se ha aventurado a ponerle nombre: el millonario griego Stravros Niarchos III, nieto del magnate del mismo nombre que rivalizó con Aristóteles Onassis en los negocios y en el amor.

El disgusto de su padre

En cualquier caso, se trata de la primera vez que se ve a Magdalena acompañada de un hombre desde que el pasado mes de abril rompiera su noviazgo con Jonas Bergström tras ocho años juntos. El «shock» de la princesa fue tal entonces, que quiso poner tierra de por medio, dejando Estocolmo y trasladándose a vivir a Nueva York para trabajar en la World Child Foundation.

Pocos esperaban que recuperara tan pronto la sonrisa, sobre todo teniendo en cuenta que el fin de su relación con Bergström vino propiciado por una infidelidad por parte de su ex pareja que ha desembocado en paternidad.

Recuperada del mazazo sentimental, parece haber encontrado su sitio en la Gran Manzana. Y no tiene pensado volver. Es más, Magdalena les habría manifestado a sus padres en otoño que no tenía ninguna intención de regresar a palacio. Y aunque los reyes, Carlos Gustavo y Silvia, no parecen estar de acuerdo con la decisión, le han dado manga ancha hasta tal punto que la Casa Real ha confirmado que la princesa no tiene que asistir a ningún acto oficial de aquí a primavera.

La que sí tiene previsto viajar a Estados Unidos es su madre, la reina Silvia, para apoyar algunos eventos benéficos organizados por la ONG en la que trabaja su hija. No así su padre, que estaría algo disgustado por haberse enterado del romance a través de la prensa. «Pertenece a la privacidad de la princesa y por lo tanto no haremos ningún comentario al respecto», ha explicado el portavoz de la Casa Real, Bertil Ternert, que ni confirma ni desmiente.

Lo cierto es que ha optado por llevar una vida de «perfil bajo» en la Gran Manzana. La prueba es que no se ha dejado ver en un sólo acto público en Nueva York y desde septiembre cuenta con su propio apartamento que tiene una sala de estar, cocina, un pequeño despacho y un dormitorio.


La novia de Carlos Felipe, «non grata»
Si algo les preocupa a los reyes Carlos Gustavo y Silvia, no es el «exilio» de Magdalena, sino que el noviazgo de su hijo pequeño se consolide. No aprueban que el príncipe Carlos Felipe se haya obcecado en meter en palacio a la «stripper» y ex concursante de «Gran Hermano», Sofía Hellqvist . Y no parece ser que lograra el visto bueno de los monarcas en el único encuentro que han tenido: un almuerzo el pasado verano en el castillo de Sollidens en Öland. También amonestaron a Carlos Felipe cuando éste decidió llevar a Sofía a la boda de Nicolás de Grecia y Tatiana Blatnik el pasado mes de agosto (juntos, en la imagen). Aunque no se dejó ver de su brazo el día del enlace, su novia sí compartió mesa con otros miembros de la realeza europea, como los Príncipes de Asturias, en la cena de la noche anterior. Pero al príncipe le es indiferente esta presión y hasta la fecha no ha habido ni un sólo rumor de crisis en la pareja. De hecho, hace una semana el príncipe ejerció de pareja de Sofía en la boda de la mejor amiga de ésta.