España
España pide un blindaje especial para el tesoro de Odyssey
LA RAZÓN ha tenido acceso a la petición sobre cómo debe ser devuelto el botín que se extrajo de «La Mercedes»
El ministro José Ignacio Wert lo dijo ayer alto y claro: «El tesoro de Odyssey está en el camino de vuelta a casa», después de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazara el último recurso presentado por Odyssey Marine Exploration (OME). «Está muy cerca porque la orden del Tribunal de Atlanta ya ha llegado al de Tampa y se prevé que la vista del traslado del tesoro se celebre este viernes», lo que supondría que la semana que viene los aviones Hércules podrían salir rumbo a Florida para traer de regreso el botín a España.
Sin cabos sueltos
La moción, un exhaustivo documento de 18 páginas al que ha tenido acceso LA RAZÓN, que ha presentado el Gobierno español a través de sus abogados con el objetivo de que no quede ningún cabo suelto cuando el viernes se ordene la ejecución de la sentencia, detalla pormenorizadamente los aspectos del traslado que pueden ser susceptibles de conflicto entre las partes y cómo subsanarlos. Pide, por ejemplo, un dispositivo especial con vehículos de seguridad y blindaje que garantice el traslado desde los almacenes donde se halla el tesoro, en Tampa, hasta el aeropuerto desde el que partirán los aviones con el cargamento en sus naves. Sobre los costes de almacenaje del cargamento (que ha tenido almacenados casi cinco años) y los relacionados con su desembalaje y traslado a suelo español, en el escrito se puede leer que «España ha sido informada de que, si se lo ordena la Corte, Odyssey permitirá la liberación del material», pero la compañía cree que «los gastos deben ser asumidos por España». Y advierte de que Odyssey le ha comunicado que «la devolución significa permitir que España retire los artefactos del almacén sin ningún trabajo o servicio suministrado por Odyssey». Nuestro país también pide que se le conceda el control de la supervisión y entrega de los objetos, puesto que una vez enviados artefactos y monedas, Odyssey ya no tendrá que ocuparse de ellos. La defensa española también llama la atención sobre el hecho de que «fue retirado del fondo del mar al otro lado del océano Atlántico y transportado (a EE UU) sin autorización», y dice que por ello «Odyssey debe ser responsable de los costes razonables de su devolución a España». Alerta, asimismo, de la manera en que han sido conservadas algunas de las monedas, guardadas en cajas transparentes y no en contenedores, «con la intención de promocionar su venta» futura y pide que se ordene su desempaquetado. No se pasa por alto tampoco el hecho de que las monedas y artefactos que deben regresar a España incluyan la parte del botín que OME dejó en Gibraltar antes de su traslado a Tampa y que podrían incluir varios cañones y concreciones con mangos de espada, hebillas y botones. España le pone así a Odyssey los puntos sobre las íes.
Exactamente 595.000 monedas y un líquido secreto
Por primera vez se reseña en este documento el número exacto de piezas extraídas en el proyecto que la compañía «cazatesoros» denominó «Black Swan»: 595.000 monedas o fragmentos de las mismas que fueron transportadas por Odyssey a Tampa. De ellas, 392.000 están en su estado inicial de conservación, es decir, tal y como se extrajeron, amalgamadas y unidas; 194.300 se hallan en lo que en el escrito denomina «segundo estado de conservación», es decir, sumergidas en una disolución pero que áun conservan el color verde que mostraban tras ser rescatadas; y un tercer bloque de 8.642 se hallan en perfecto estado, después de haber sido conservadas en una solución adecuada. Por último, 2.135 están ya debidamente catalogadas. España ha pedido a Odyssey que revele (para facilitar su conservación posterior) la solución en la que han estado sumergidas, extremo al que OME se ha negado sistemáticamente alegando que se trata de un «secreto comercial».
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