Barcelona
El tripartito impone el tijeretazo pese al rechazo de CiU y PP
Montilla se defiende de las críticas diciendo que no quiere «fastidiar» a los funcionarios con los recortes.
Ni la intensa lluvia que caía ayer en Barcelona diluyó las protestas sindicales en las puertas del Parlament. El motivo no era para menos, sus señorías se disponían a aprobar el tijeratazo que rebajará el sueldo de los funcionarios en un 5 por ciento, entre otras medidas destinadas a contener el gasto y reducir el déficit. Como era de esperar, el tripartito impuso sus recortes al margen de las críticas vertidas en la calles por los manifestantes, y en el hemiciclo por CiU y PP. El conseller de Economía, Antoni Castells, fue el encargado de defender los «sacrificios» presupuestarios del Ejecutivo, aunque no consiguió recabar el respaldo de CiU, PP y C's. Castells fue especialmente crítico con los nacionalistas, a quienes reprochó su negativa a apoyar al Govern después de abstenerse y permitir la aprobación del plan de austeridad del Gobierno de Zapatero. Pese a todo, CiU considera que los recortes de la Generalitat «llegan tarde y mal» y critican que el tripartito perpetre el «mayor recorte social» de la historia de Cataluña. En la misma línea se expresó el diputado del PP Enric Millo, que criticó el «error monumental» del Govern porque sólo servirá para «retrasar la recuperación económica». La tensión se respiraba ayer en todos los rincones del Parc de la Ciutadella y se hizo especialmente evidente durante la sesión de control al Govern. El presidente de la cámara catalana, Ernest Benach, tuvo que parar el debate en más de una ocasión ante la escalada de reproches entre el líder de C's, Albert Rivera, y el presidente de la Generalitat, José Montilla. Rivera afeó a Montilla que su ejecutivo reduzca el sueldo de los funcionarios en lugar de reducir el número de conselleries. «No pretendemos fastidiar ("fotre") a los funcionarios», se defendió Montilla ante los ataques. Es más, el president instó al líder de C's a no dar lecciones de «austeridad» y se tomó la molestia de recitar los honorarios de Rivera, que percibe 51.129 euros por su condición de presidente de grupo parlamentario y 43.697 euros por ser diputado. Según los cálculos de Montilla, Rivera se embolsa anualmente más de 94.800 euros, o lo que es lo mismo, «más de lo que cobra el presidente del Gobierno». El president olvidó sumar las dietas de transporte que el líder de C's percibe por residir en el Área Metropolitana de Barcelona, es decir, 21.605 euros más.«Montilla, dimisión»Además de los reproches de la oposición, el presidente de la Generalitat tuvo que soportar estoicamente los gritos de los funcionarios que se agolpaban a las puertas de la cámara catalana. «Montilla, dimisión» fue la consigna más repetida, después de «¡Chorizos, chorizos!». Los diputados fueron recibidos con abucheos y silbidos por más de un centenar de funcionarios, y hubo algún que otro encontronazo entre los miembros del Govern y los manifestantes, que en alguna ocasión consiguieron sortear el cinturón de seguridad.
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