Dónde están los puntos

La última vez que tuve la ocasión de presenciar en directo un par de partidos de la primera fase de la NBA salí del campo con la sensación de que más que un partido de baloncesto había presenciado un gran espectáculo en el que lo importante era todo menos precisamente el básket. El ganar o perder era algo meramente anecdótico.
El espectáculo comenzaba en la pista. El objetivo era anotar, cuantas más canastas, mejor. Defender estaba poco menos que prohibido. No era cuestión de estropear alguno de los espectaculares mates o los «highlights» que luego aparecerían en las televisiones.
El show continuaba durante los interminables tiempos muertos. Era el momento en el que los encargados del entretenimiento justificaban su sueldo. Infinidad de concursos, bailes, sorteos... En la grada y en los pasillos interiores del pabellón se vendía de todo. Comida rápida en el mejor de los casos, bebida y todo tipo de mercadotecnia. El caso es que los aficionados se pasaban tres horas en el «centro comercial» con partidito incluido y se volvían a sus casas encantados de haber asistido a un espectáculo único.
Entiendo que los puristas lo que buscan no es ese espectáculo. Exigen que los jugadores no sean alérgicos a la defensa y proclaman un baloncesto más destructivo que constructivo. Ganar es siempre lo más importante, aunque lo sea a costa de que muera un poco el espectáculo.
 No se trata de blanco o negro. Entiendo y defiendo que un buen partido es aquél en el que se desarrollan un montón de recursos tácticos, tanto defensivos como ofensivos. Se puede disfrutar tanto con una buena defensa como con un buen ataque. Reconozco, eso sí, que tanta farándula como se ve en la primera fase de la NBA no me acaba de gustar, pero el caso es que el público salió de aquel pabellón tan contento.
Por todo esto tenemos que tener mucho cuidado con creer que los partidos que terminan en torno a los 50-60 puntos son los buenos, el baloncesto de verdad, los partidos que más gustan a la gente o los que van a hacer que se enganchen nuevos seguidores.
Eso no es así. Si queremos que se llenen los pabellones y que las audiencias se disparen, tratemos de divertir al mismo tiempo que se intenta ganar. De lo contrario, el aburrimiento puede provocar que nos quedemos solos. Demasiados partidos esta temporada han terminado con marcadores que rondan los 60 puntos y eso no puede ser bueno. En la última jornada de la ACB sólo CAI (84), Fuenlabrada (81) y Valencia (82) superaron los 80 y fue por los pelos. ¡Cuidado!