Crisis económica

Malas intenciones

Milton Friedman solía prevenir contra la tentación de juzgar las políticas por sus intenciones en vez de por sus resultados. En España hemos tenido políticas concebidas con las mejores intenciones que están dando pésimos resultados, y otras concebidas con las peores intenciones que, cómo no, también están dando pésimos resultados.

La Razón
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Esta última modalidad es el caso del Estatuto de Cataluña y otros que lo siguieron. No es sólo la desmembración del mercado nacional en diecisiete distintos lo que está teniendo efectos devastadores sobre nuestra economía. La incertidumbre sobre las reglas del juego, los distintos marcos regulatorios y la distinta fiscalidad en cada una de las comunidades autónomas merman la confianza en el interior, nuestro crédito en el exterior y disuaden la inversión.El diferencial de la deuda pública española con respecto a la alemana no sólo se explica por nuestro alto déficit público y alta tasa de paro, también se explica en parte por la progresiva desarticulación del Estado y nuestra exótica política exterior. Sin duda la vida de catalanes, valencianos y andaluces, por decir algunos, habrá mejorado notablemente desde que se aprobaron sus respectivos nuevos estatutos, pues de lo contrario no se explica el sabotaje nacional al que entre todos nos estamos sometiendo. Esta semana Moody's rebajaba el rating de cinco de nuestras comunidades autónomas, y no será porque no nos lo hemos buscado. El crédito de España disminuye y con él lo hace también el de nuestras regiones, que cada vez encontrarán más dificultades para financiarse.