Sevilla capital por Lucas Haurie

Los dos congresos de las grandes formaciones políticas serán en Sevilla porque aquí, terminando marzo, se completará el ciclo electoral que comenzó el 22 de mayo. En las municipales, PSOE y PP consideraron que la batalla por la Plaza Nueva era nuestro particular caucus de Iowa (una especie de Cabañuelas en las primarias estadounidenses) y en las generales, la única palanca socialista para detener la marea azul fue la resistencia de la provincia de la mano de Alfonso Guerra. Durante esta semana posnavideña, tirios y troyanos han asomado la cabecita por esta tierra: la plenipotenciaria Soraya arropó con su pléyade de alcaldes a la nueva delegada del Gobierno en lo que fue un mal disimulado mitin pro-Arenas y el opositor a opositor en jefe Rubalcaba le puso ojitos a José Antonio (¡¡presente!!) Griñán, el presumible jefe de la federación que más delegados aportará en la batalla contra la vagamente onubense Carmen (Karma) Chacón. Por San Telmo cunde el espanto al percibir que cualquier movimiento partidario al norte de Despeñaperros se hace en clave de lid interna y no pensando en los comicios autonómicos. ¿Los dan inconscientemente por perdidos como ocurría en las vísperas del 20-N? La respuesta está en la cara del (aún) presidente de la Junta.