El Cairo
Corralito bancario en el regreso a la normalidad
El bullicio y los atascos con los que amaneció ayer El Cairo anunciaban que la capital egipcia está recobrando la normalidad, dejando atrás las jornadas más tensas de la revuelta popular.
Los casi 20 millones de habitantes de esta megalópolis le están perdiendo el miedo a la inestabilidad política y han vuelto a abarrotar unas calles que llevaban días mirando a través de las celosías de sus ventanas. «Por fortuna, lo peor ya ha pasado y puedo volver a vender», aseguraba un frutero ambulante, en cuyo carrito aparecieron fresas, un «lujo» difícil de obtener la semana pasada. Con ligeros problemas de desabastecimiento en ciertos barrios, miles de tiendas, oficinas e incluso edificios públicos abrían sus puertas y desempolvaban las mercancías. Siguiendo órdenes del Gobierno, también las ventanillas de los bancos recibieron a una clientela ansiosa, que guardó colas toda la mañana. Y es que, después de una semana de parón, muchas familias se habían quedado sin efectivo. Con todo, cientos de sucursales permanecieron cerradas por precaución o abiertas a medio gas. Asimismo, el Banco Central estableció un máximo de 8.000 dólares por cuenta, para evitar que la gente sacase todo su dinero de una vez. Aunque simpaticen con las reclamaciones de la plaza Tahrir, la mayoría de los cairotas se mostraban aliviados al comprobar que les era posible volver al trabajo, al mercado y a la normalidad. «Si no trabajamos, no podemos comer», decía un comerciante de electrónica.
Según cifras oficiales, Egipto ha perdido unos 230 millones de euros al día a causa de las protestas. Consultoras extranjeras consideran que la cifra podría ser mayor. Los efectos sobre el turismo, primera fuente de divisas, se pronostican catastróficos. El país de las pirámides ya experimentó en el pasado el impacto de la inseguridad en esta industria. En el puerto de Alejandría, por el que pasa el 65% del comercio exterior, la actividad no mostraba mejoría, aunque los expertos creen que no tardará en hacerlo. Sí lo hacía la industria. «Nuestra fábrica ha vuelto a funcionar. La cerramos porque sólo estaban viniendo un 20% de los obreros, pero ya estamos casi al 100%», comentaba el mexicano Alejandro Cardona, gerente de una planta en el norte del país. La Bolsa, que cayó un 16% en los últimos tres días antes de ser clausurada, escuelas y universidades esperan reanudar su actividad durante esta semana.
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