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Libia dividida por viejos conflictos
"No tribus, no este ni oeste"fue una de las primeras pintadas que aparecieron en la plaza central de Bengasi poco después de que la ciudad se convirtiera en la capital de la Libia libre, hace exactamente un año. La Cirenaica, antiguo nombre de la región oriental de Libia, que coincidió durante meses con la Libia "rebelde", negó siempre querer independizarse tras haberse deshecho de la tiranía de Gadafi, mientras el resto del país permaneció durante meses bajo su yugo.
Los temores de una posible partición de Libia por la mitad vuelven ahora después de que algunos líderes de tribus y milicias locales hayan creado esta semana el Consejo de Barga (nombre árabe de la Cirenaica) y hayan declarado la región "autónoma", que no independiente. Barga tendría así sus propias instituciones e, incluso, sus fuerzas de seguridad, pero seguiría estando bajo el paraguas del Consejo Nacional Transitorio, al que delegaría los Asuntos Exteriores, entre otras cosas. El CNT fue creado precisamente en Bengasi y eso hizo que muchos de sus habitantes pensaran que los años de marginación
y "castigo"sufridos bajo Gadafi se habían terminado.
Pero cuando el CNT se trasladó definitivamente a Trípoli tras la muerte del dictador en octubre de 2011, los del este se vieron de nuevo olvidados. En Bengasi la frustración ha ido en aumento en los últimos meses, contra un Gobierno central poco transparente y que no ha reparado los daños de la guerra, ni los de 40 años de dictadura y corrupción. La semana pasada, uno de los principales hospitales de Bengasi se quedó sin luz durante horas, perdiendo a varios pacientes que dependían de respiradores artificiales.
La declaración de autonomía es interpretada como una llamada de atención, según un hombre de negocios local, improvisado político en la nueva Libia. Murad Al Huni explica a La Razón que es una forma de presionar al CNT y pedir una mayor redistribución de la riqueza. Se sospecha que detrás de este movimiento polémico hay razones económicas ya que la Cirenaica concentra la mayor parte de los pozos petrolíferos de Libia, aunque el Consejo de Barga ha asegurado que éstos seguirían bajo el control de Trípoli.
Por su parte, el líder con CNT, Mustafa Abdelyalil, él mismo procedente del este, ha dicho que Libia no está preparada para dividirse y que lo evitará incluso "por la fuerza", aunque su Gobierno apenas tiene poder sobre el terreno, donde los viejos problemas resurgen con más fuerza que nunca. "En Libia hay conflictos eternos: tribales, familiares, étnicos y territoriales", dice Al Huni. Esos conflictos desaparecieron brevemente durante la guerra, en la que se luchó por una Libia unida, libre y democrática, tal y como la soñaban los rebeldes. Los que se oponen a la propuesta alegan que el Consejo de Barga no es representativo ni legítimo, y que los ciudadanos tendrán que decidir en referéndum si quieren que la nueva Libia sea federal, como ya lo fue entre 1951 y 1963, basada en la constitución de aquel entonces que ha sido propuesta como modelo para el futuro.
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