Sevilla
OPINIÓN: Inocentes
La claudicación municipal de cronometrar las estancias de los coches en el centro se comprueba en detalles más sintomáticos, si cabe, que el haber retrasado el cobro de multas cinco meses… de momento. Preparado todo el atrezzo sancionador, no cabe menos que pensar que las cámaras son de pega. Las compró Fran Fernández en Pichardo una mañana después de visitar la Capilla Sixtina, digo las setas, de la Encarnación. Para que vengan los fachas, que sois todos unos pedazos de fachas, a decir que este Ayuntamiento no apoya al comercio tradicional. El caso es que ni en la Puerta Osario se graba nada, ni hay manera de ver qué demonios pone en los paneles de información, que hay anuncios por palabras con las letras más grandes que las de los dichosos carteles. Total, que si un tío llega desde los Caños de Carmona, tiene que parar el coche y bajarse para leer que como no salga en tres cuartos de hora le clavan un multazo. En marcha, imposible: es un relato corto escrito con letra de guía telefónica. Pero es que están colocados cuando ya se emboca por Águilas, de modo que si algún automovilista queda disuadido, tiene que circular diez metros marcha atrás para escapar de la trampa. O, a lo peor, la cámara no lo graba mientras maniobra y no consta que haya salido del Casco Antiguo. Funcionará por Navidad, dicen. Sí: entre los días 27 y 29 de diciembre, ambos exclusive.
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