La Habana
ANÁLISIS: Optimistas ante el diálogo por Adolfo Atehortúa
¿Cree que la enfermedad del presidente colombiano puede afectar al desarrollo de las negociaciones de la paz con las FARC?
–No lo creo. Da la apariencia de que es un asunto efímero y controlado y que llegará a feliz término. Sería dramático si tuviera un desenlace fatal, pero no parece que de ninguna manera vaya a ser así a juzgar por el contenido de la noticia y por el optimismo que desprendía el presidente. Sería trágico para el país si Santos desapareciese porque el vicepresidente, Angelino Garzón, no dispone del manejo que Santos sí tiene de todos los sectores del país. En las negociaciones con las FARC, el presidente Santos representa al sector dirigente de Colombia. En cambio, el vicepresidente no se sabe a quién representa.
¿Este anuncio hará crecer la popularidad del presidente?
–Dadas las condiciones de América Latina y, en particular del pueblo colombiano, sí puede aumentar su popularidad, ya que siempre existe una confraternización con el enfermo y el vulnerable.
¿Hay que ser optimistas frente a un proceso que puede acabar con cincuenta años de violencia guerrillera en Colombia?
–El optimismo ha de ser moderado, ya que existen muchas dificultades en este proceso que tendrán que ser salvadas por las dos partes que se van a sentar a la mesa, primero en Oslo y después en La Habana.
Adolfo Atehortúa
Experto colombiano en las FARC
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