IVA
Recojan las botellas
A España le falta fuerza, velocidad, energía, empuje y, sobre todo, le falta dinero. No queda otra que soltar lastre. Y Rajoy empieza a liberarse de las cargas que nos sobran. Hay que liquidar lo inútil, sólo así se entiende una decisión que no puede ser más necesaria ni más apremiante; una decisión ineludible, cargada de sentido común, de responsabilidad, y con la que se inaugura una dieta, la del Estado y los champiñones que bajo su sombra han crecido, que es de una exigencia máxima.
Adiós a los «michelines». El presidente del Gobierno ya anunció en su momento que la mitad de las empresas públicas eran perfectamente prescindibles. Especialmente las que no han funcionado como tales. Especialísimamente las que han operado como cutres chiringuitos, intolerables en una nación musculosa y libre en la que los contribuyentes no se pueden deslomar para alimentar a legiones de parásitos y chupópteros que durante años, de forma discrecional y descontrolada, se lo han llevado calentito.
Con la economía pasa como con el alcohol. La resaca suele ser más larga y penosa que los despampanantes y efímeros momentos de euforia. Y el Partido Popular lo sabe. La fiesta ha sido excesiva. Hay que empezar a recoger las botellas. Y, por si fuera poco, hay que pagar lo mucho que nos hemos bebido. Para ser más exactos, la borrachera de unos cuantos con el dinero ajeno. Este país tiene prisa, y no está para bromas.
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