Del street art a la galería

BARCELONA- Hay quien intenta reproducir la realidad a través de un cuadro y luego están los que consiguen añadir ese plus de color, de emoción, de dinamismo a esa vida en realidad gris. El pintor Lucas Milà formaría parte del segundo grupo. Sus obras son como pequeños destellos de luz que dejan ver mejor lo que la realidad esconde, como si pudiésemos ver el oxígeno moverse frente a una cola de gente esperando el autobús o las fuerzas simpáticas y antipáticas que unen y separan a las personas, que las hacen quererse u odiarse, que a veces son un blanco perla y otras un verde hierba. No está mal para alguien que empezó pintando en la calle.

De Bansky a Ràfols-Casamada
La galería y plataforma creativa Mise en Scène acoge hasta el 14 de octubre la exposición «Isogaba Maware. Si tienes prisa, coge el camino más largo», en la que se recoge el trabajo reciente del artista. En concreto, son catorce cuadros, diez dibujos y una animación en «stop motion» de un pintor que afirma que su auténtica inspiración viene de la calle. «La cotidianidad me nutre muchísimo. La intuición mueve todo lo que hago. Lo que me gusta es pintar y dibujar y es esta pasión lo que dibujo. Sólo quiero que la gente tenga una experiencia al mirar mi obra, da igual si es una reflexión o una sonrisa», afirma Milà.

Desde pequeño, dibujar fue su mundo, como muchos otros niños. La única diferencia es que él no pudo soltar el pincel nunca. A veces eso es lo único que se necesita para separar a los que son artistas y los que no lo son. Ya de muy joven, la hoja en blanco se le quedó pequeña y salió a la calle. Allí se enamoró del street art y el plus de excitación y de lo prohibido de pintar de incógnito le hizo observar el mundo con ojos diferentes. «Lo mejor del street art es que el mundo entero se convierte en una galería. Llegar a reconocerlo es una emoción extrena», sentencia Milà. Este admirador confeso de Ràfols-Casamada se toma las cosas con calma, pero ya ha empezado a llamar la atención.

Mucho más que una galería
La exposición de Lucas Milà abre las actividades de la plataforma creativa Mise en Scène, una propuesta original que va más allá de la galería al uso. Situada en la calle Valero, en la zona alta de Barcelona, entre Ganduxer y Juan Sebastian Bach, este pequeño y cuidado espacio está pensado para presentar propuestas creativas de toda índole y proponerles una «puesta en escena», como dice su nombre, que lo haga más atractivo y atrayente al espectador. La iniciativa parte de cinco mujeres cansadas de la típica galería de pared blanca y cuadros expuestos. Son Micaela Milà, Olivia Ricard, María Morodo, Silvia Cambra y María Güell. «Queremos dar visibilidad a proyectos que nos entusiasman, desde un diseñador de muebles a ropa infantil», señala Güell.