Salamanca

«Freaks» del Siglo de Oro

No deja de ser curioso que lo que en el Siglo de Oro podía, pese a todas las censuras y barreras, ser aceptado, hoy nos parezca políticamente incorrecto, en una suerte de involución intelectual.

Escena de «Las gracias mohosas», una extraña justa de amor
Escena de «Las gracias mohosas», una extraña justa de amorlarazon

Habría que ver a algún dramaturgo actual escribiendo una comedia grotesca que se ríe sin pudor de un puñado de «freaks» –un ciego, un jorobado, un tullido, un monje lujurioso...– que aspiran a conquistar a tres damas, a cual más fea, y que, tras diversas justas con puños e ingenio, acaban llegando a una solución salomónica: ¿por qué no casarse los seis con las tres, todos revueltos?

Cabezudos del Corpus Christi
Mujer y dramaturga, Feliciana Enríquez de Guzmán escribió «Las gracias mohosas» para entretener a sus hermanas, monjas de clausura. Hoy es una rareza que todavía genera alguna protesta. Lo cuenta Juan Dolores Caballero, el director de la veterana compañía sevillana Teatro del Velador, que puso en pie este espectáculo hace una década larga, lo rescató en 2009, y lo trae ahora a Madrid, invitado por la Compañía Nacional de Teatro Clásico: «Un padre nos envió una nota de protesta, se preguntaba cómo podíamos tratar el tema así. Pero en la obra, dentro de ese mundo de imposibles, los protagonistas optan por el amor, por la felicidad, cantan, bailan... Aunque sí, evidentemente es un poco incorrecto».

No queda constancia de que Enríquez de Guzmán llegara a ver escenificada su obra. Aunque sin duda se habría reído con la versión jocosa, excesiva, recargada y muy divertida de la compañía hispalense. «La mirada de Juan Dolores y del Velador es tan particular que da un nuevo aliento a teatro clásico español», explica Eduardo Vasco, director de la CNTC. «Invitarles a Madrid era una deuda que teníamos con ellos». El texto, en prosa, era en realidad un entremés de una obra mayor, «Tragicomedia de los Jardines y los Campos Sabeos».

«Un tostón insoportable», reconoce Juan Dolores Caballero sobre la pieza a la que iba unida. El director extrae el humor del entreacto y lo adereza con música y guiños a la cultura popular andaluza, con cabezudos del Corpus Christi de Granada y algo de flamenco. «Es una reposición más gamberra en ese sentido», bromea Caballero.

Adelantada a su tiempo
Se sabe poco de Feliciana Enríquez de Guzmán, más allá de que se casó dos veces. Enamorada del que sería su primer esposo, se disfrazó de hombre para seguirlo hasta Salamanca. A la muerte de éste, heredó una amplia biblioteca, lo que la incitó a escribir. «Fue una mujer adelantada a su tiempo», asegura Juan Dolores Caballero a propósito de la pionera dramaturga. Su segundo marido, un notario, también falleció, dejándola pobre, y acabó sus días en el convento de las Clarisas.