País Vasco

Basagoiti por España frente al desafío nacionalista

El secretario general del PP vasco es reelegido con un amplio apoyo

Basagoiti por España frente al desafío nacionalista
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Bilbao- Antonio Basagoiti presentó ayer su candidatura para la reelección al frente del PP vasco con más fuerza interna que hace cuatro años por la marcha de María San Gil. Convenció al 92,5 por ciento de los 480 compromisarios que han apostado por un partido «con altura de miras», un partido que sea «cada vez más fuerte, más sólido y más útil» para el conjunto de la sociedad.
En su discurso, Basagoti, frente al desafío nacionalista, mostró su empeño en que el País Vasco siga siendo España. «ETA lleva 50 años asesinando para que el País Vasco no sea España, y el País Vasco va a seguir siendo España después de ETA. No sólo los próximos 50 años, sino todos los venideros, los nuestros, los de nuestros hijos, los de los hijos de nuestros nietos y los que vengan», dijo. Destacó que ahora lo que toca es que la democracia venza definitivamente a la dictadura identitaria, ganándola con justicia y Ley, para que «el resarcimiento moral y político de las víctimas de ETA sea posible en España y para que la sociedad se vacune para siempre contra ese fanatismo independentista».
Convencido de que el cambio político es posible, abogó por contar a todos el «desafío democrático al que se enfrentaron nuestros padres y nosotros con orgullo y por el que las víctimas del terrorismo tendrán no sólo memoria, compromiso y libertad, sino el reconocimiento social que merecen de toda la sociedad».
El líder del PP presentó a su partido como uno de Gobierno, que «no se sostiene sólo con votos» donde el alma del partido son «nuestras convicciones». Por ello, se presenta con el objetivo de impulsar un «nuevo cambio» al servicio de la sociedad vasca que no va a renunciar al espíritu que ha servido para asentar un escenario de «mayor normalidad y estabilidad en Euskadi».
Basagoiti defendió que Euskadi no puede enredarse «en el pasado, ni en el pasado reciente, ni en el de antes del reciente» y liderará el PP vasco con la misma «determinación, compromiso y convencimiento» de estos cuatro años.
Pero el líder del PP vasco defendió un País Vasco «en paz, abierto, sin trincheras, que se entienda con todos y se aleje de luchas y debates que son de otro siglo». «No tiene vuelta atrás el objetivo de un País Vasco en paz». Asimismo, defendió que el progreso en el País Vasco no lo resuelve la «lucha identitaria» que preparan el PNV y Batasuna. «Esa lucha de otro siglo ahoga el progreso de Euskadi, es la ruina».
El presidente del PP vasco presentó una nueva directiva continuista donde se reduce el número de miembros de la ejecutiva. Se estrenan dos vicepresidencias que estarán ocupadas por Arantxa Quiroga y Antón Damborenea. Las vicesecretarías pasan de cinco a cuatro y se estrenan en dichos puestos Javier Maroto y Nerea Llanos.
La inmensa mayoría apoyó con sus votos la ponencia política, redactada por Borja Sémper que contó con 9 votos en contra, entre los que destacó el de Santiago Abascal.
«Las víctimas siempre estarán en nuestra memoria, nunca os abandonaremos ni nunca traicionaremos los principios ni los valores que defendisteis, que son los que defendemos nosotros, por los que fuisteis asesinados... y por los que nosotros fuimos amenazados», defendió Sémper mientras los compromisarios, en pie, aplaudían sus palabras. El concejal de Elorrio, Carlos García, que enmendó la ponencia, finalmente llegó a un acuerdo que se recogió como una transaccional, pero decidió abstenerse en la votación al no recoger íntegra su propuesta. Al final, García consiguió una consulta a las víctimas para abordar el primero de los puntos e incluir la necesidad de cumplir la Ley de Partidos.
Abascal también rechazó la gestión de Iñaki Oyarzábal como secretario general, que en su intervención destacó cierto desencanto por «haber tenido que aguantar durante todo este tiempo juicios injustos que les acusaban de no cumplir con sus principios».


Los puntos clave
- La discriminación no puede ser el eje de ninguna política lingüística. Hay que defender el euskera como cultura.
- Sí a las políticas sociales para quienes de verdad lo necesiten, y en contra de la economía sumergida.
- Son necesarias nuevas políticas de empleo eficaces, basadas en estrategias que impulsen la innovación.
- Hay que abrirse a la sociedad vasca de cara al futuro. Que ETA desaparezca para siempre y sin contrapartidas de ningún tipo.