San José

La perforadora termina el camino hacia la libertad

Las labores para el rescate de los 33 mineros atrapados hace 65 días en un infierno húmedo llamado la mina de San José, en el norte de Chile, entraron en su recta final. Ayer la perforadora llegó hasta los trabajadores, abriendo un ducto de 600 metros por donde volverán a la superficie.

Tareas de rescate
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Ahora comienza el encamisado. Con piezas de casi 30 metros, ganchos y orugas, una grúa Sami Modelo SCC es la encargada de ayudar al proceso del cubrimiento de la perforación, es decir, es la estructura que sostendrá los tubos en la medida que vayan siendo soldados y metidos en el pozo. Tan sólo cubrirán 200 metros para dejar todo listo. Según fuentes del Gobierno, el esperado rescate se produciría el próximo miércoles.

La Armada fabricó tres jaulas para el rescate, bautizadas como «Fénix». Las cápsulas están equipadas con un arnés, un tubo con oxígeno, un micrófono, altavoces y un sistema de monitoreo permanente, que ya les bajaron para que aprendieran a usar.

También subirán con un dispositivo que emitirá una señal que llegará por Bluetooth al hospital de campaña, que está casi sobre el borde de las sondas. En este operativo participarán 16 personas. Serán 11 brigadistas de la estatal Corporación Nacional del Cobre (Codelco), dos bomberos y tres enfermeros de la Armada, que trabajarán en turnos de 12 horas. El protocolo es el siguiente: primero descenderá en la cápsula «Fénix» un rescatista minero, que verificará el estado del ducto y reportará cualquier problema. Al llegar al fondo, asegurará al primer minero y supervisará su subida.

El orden de salida será por grupos. Primero, los hábiles, después los débiles y finalmente, los fuertes. Se presume que los líderes que se han destacado a 700 metros de profundidad integrarían este último grupo. «La gente más apta psicológica y físicamente para soportar lo que significa subir por el Fénix, subirá primero. Deben ser capaces de moverse bien, entender las instrucciones y desprenderse rápidamente si la cápsula se estanca», explica el ministro de Salud, Jaime Mañalich. A continuación, y después de que el primer minero sea examinado por los médicos, se verificará el estado de la jaula y bajará en ella el enfermero de la Armada.

Finalmente, se iniciará la salida, uno por uno, de los 32 mineros restantes. De acuerdo con los cálculos proyectados por las autoridades, cada minero podría demorar en salir entre 12 y 60 minutos.

Una vez que los mineros sean rescatados, serán evaluados rápidamente en una pequeña carpa. De ahí serán trasladados a un hospital de campaña, a través de un pasillo cubierto de 50 metros. En ese lugar recibirán las primeras atenciones médicas. Según explicó el ministro de Salud, serán atendidos por un equipo de 20 profesionales: entre médicos, enfermeras, psicólogos y auxiliares. Se les suministrarán vitaminas, se les practicarán exámenes de sangre, electrocardiogramas, radiografías de tórax y se les hará una evaluación visual.

Sólo contacto breve

Permanecerán, como máximo, unas cuatro horas y podrán ser visitados por un familiar, pero sólo un contacto breve. Después, serán llevados a la «Sala de Reencuentro», donde podrán permanecer más tiempo con tres parientes. Un helicóptero los trasladará hasta el Regimiento de Infantería de Copiapó. Luego serán llevados en ambulancia hasta el Hospital Regional.

«Si todo anda rápido, el último minero va a llegar al hospital 48 horas después del primero», afirma Mañalich. Si las condiciones de salud de los mineros se mantienen estables, se estima que podrían estar hospitalizados en Copiapó sólo dos días. Durante estas 48 horas los mineros serán trasladados por diversas salas acondicionadas con focos especiales que irán incrementando de forma paulatina la intensidad de la luz.

Un operativo «de película» valorado en 9,7 millones de dólares que, según dictaminó la Justicia chilena, tendrán que pagar los dueños de la empresa minera San Esteban, a cargo de las explotaciones de la mina de San José.

En cualquier caso las expectativas son buenas. El ministro de Minería, Laurence Golborne, escribe en su Twitter: «Como dice Serrat, ‘‘hoy puede ser un gran día, plantéatelo así. Aprovecharlo o que pase de largo depende en parte ti''».


Ejercicios en las profundidades
Para preparar el ascenso a la superficie, los 33 mineros atrapados llevan meses practicando un trabajo físico similar al que realizan los pilotos de combate militar. El plan, denominado L1 o antigravedad, consiste en reforzar la resistencia física con ejercicios localizados que, incluso, deberán practicar cuando estén dentro de la cápsula, para evitar calambres que podrían derivar en espasmos musculares o falta de irrigación cerebral, al estar tanto tiempo en posición rígida dentro del dispositivo. Además, deberán hacer un ayuno de ocho horas. En la primera fase, el trabajo se orientó al entrenamiento cardiovascular, con el objetivo de disminuir el porcentaje de grasa corporal. Tienen que estar preparados ante una eventual emergencia en el interior de la cápsula.