Bruselas

Europa duda la prima no

La Razón
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El pulso de los mercados contra el euro se cebó ayer de nuevo con el diferencial español que cerró en 563 puntos básicos y el interés de la deuda de nuestro país, que superó el 7%. Se volvió a las tensiones anteriores a la cumbre europea, en la que se acordó la posibilidad de ayudas directas a la banca y que el fondo de rescate compre deuda en los mercados secundarios. Pero el azote de la especulación era de esperar después de las decisiones timoratas del presidente del BCE, Mario Draghi, del día anterior. Actuó con el freno de mano puesto. Limitó los estímulos a rebajar el precio del dinero a un histórico 0,75%, y se negó a activar el programa de compra de deuda y a un nuevo manguerazo de liquidez. En ese caldo de cultivo, el ataque al euro era apostar sobre seguro. El BCE mira el toro desde la barrera, mientras abandona a su suerte a las economías periféricas, a las que presiona con su pasividad, al tiempo que alienta la vulnerabilidad de la moneda única. Lo cierto es que Europa parece incapaz de establecer un discurso sólido que aporte credibilidad. En este punto, además de las trabas de Finlandia, resulta inaudito y poco serio el cambio del Gobierno alemán, que ayer indicó que España será el garante de la ayuda al sistema financiero, cuando en el Consejo Europeo de la semana pasada en Bruselas respaldó el acuerdo sobre una ayuda directa a la banca. Berlín volvió así a sus posiciones anteriores al cónclave comunitario, lo que alimenta las incertidumbres y deja en evidencia la incapacidad de la Unión para ofrecer seguridad. Con Europa enredada en dudas, contradicciones y rectificaciones, las dificultades aumentan y los gobiernos están obligados a acelerar sus programas de estabilidad para lanzar señales que den confianza. En Italia, Mario Monti lo hizo ayer. Aprobó un nuevo paquete de ajustes que afectó a Educación, Sanidad y Administración Pública con el que pretende ahorrar 26.000 millones de euros hasta 2014 y no tocar el IVA. El plan incluye la reducción de un 20% de altos puestos del sector público y un 10% en otros niveles. Es un camino exigente, pero no un capricho.

En nuestro país, el Gobierno confirmó que pedirá más esfuerzos a las comunidades el próximo jueves para mejorar la estrategia de consolidación fiscal y el cumplimiento de los objetivos de déficit. En esa línea, el Ejecutivo aprobará este mes la norma de racionalización y sostenibilidad local. En el Programa de Estabilidad remitido a Bruselas se calculaba un ahorro de 3.500 millones por la ordenación de competencias. Hablábamos ayer también de que el Ejecutivo necesita ahorrar este año otros 10.000 millones adicionales, al menos, y que nuevos ajustes llegarán. La sociedad ha demostrado su madurez ante los sacrificios, pero el Gobierno haría bien en acompasar las necesarias medidas con la detallada explicación de las mismas y un horizonte que aporte salidas.