Caracas
Chávez «batalla por su vida»
El canciller venezolano reconoce que el presidente está enfermo, 19 días después de ser operado en Cuba
El Gobierno venezolano se ha tomado su tiempo. Ha tardado más de dos semanas en confirmar que el presidente y caudillo bolivariano Hugo Chávez Frías se encuentra «batallando por su vida», tras ser sometido a una intervención quirúrjica en Cuba, según dijo ayer el ministro de Asuntos Exteriores, Nicolás Maduro. Una intervención que ayer causó revuelo en todo el mundo y que elevó al máximo las alertas sobre la salud de Chávez.
Lo paradójico del anuncio es que, pocos días atras, el propio Maduro había declarado que el presidente venezolano se encontraba bien, reponiéndose de la intervención, y que muy pronto regresaría a Venezuela. El caso es que durante estas dos semanas los venezolanos no han tenido oportunidad de escuchar las eternas alocuciones a las que les sometía su mandatario en su programa «Aló, presidente» y lo máximo que han sabido de él, a través de Twitter, es una frase: «¡Estoy aquí con ustedes en la dura jornada diaría!». Lapidario, pero más extenso que el «¡Palante, comandante!», que le envió ayer su ministra de la Presidencia, Erika Farías.
Lo cierto es que en Venezuela el rumor corría ya como la pólvora desde hace días: Chávez estaba enfermo de verdad. Lo confirmaba, primero, que el jefe del Estado no estaría presente en los actos conmemorativos del Día del Ejército –que se celebra coincidiendo con el aniversario de la batalla de Carabobo– y, después, que el pasado miércoles se trasladaron a La Habana urgentemente su ex esposa, Marisabel Rodríguez, y su hija, Rosinés.
Remataba las sospechas la información que ayer publicaba «El Nuevo Herald», según la cual Chávez «se encuentra en un estado crítico; no grave, pero sí crítico, complicado».
El diario de Miami citaba para apoyar su información a fuentes de la inteligencia norteamericana que aseguraban, por otra parte, no poder confirmar si el dirigente caribeño padece un cáncer de próstata, como se rumorea insistentemente en las calles de Venezuela.
Ante la excesivamente prolongada ausencia del presidente parece que el Gobierno ha tenido que salir al paso de los rumores para cortar una situación cada vez más incómoda. Nicolás Maduro no escatimó esfuerzos ayer para ofrecer una imagen de serenidad ante los periodistas, aunque la acompañó con el habitual lenguaje bélico que caracteriza al Ejecutivo chavista. «La batalla que está dando el presidente Chávez por su salud tiene que ser la batalla de todos, la batalla por la vida, por el futuro inmediato de nuestra patria», indicó Maduro en unas declaraciones ante un notable número de periodistas en Caracas.
El canciller concretó que el presidente fue sometido en Cuba a una cirugía por un absceso pélvico antes de recordar que Chávez sigue al mando del Gobierno. «Se mantiene informado de todos los asuntos del país, al mando, y a nosotros lo que nos queda es mantener la compañía permanente con el presidente. Apoyo al presidente Chávez para que termine de restablecer su situación de salud y podamos tenerlo en Venezuela para que siga esta batalla gigantesca», indicó Maduro.
Falta de transparencia
No obstante, ha sido precisamente la falta de transparencia oficial la que ha disparado las especulaciones que, sin embargo, no han desencadenado una especial inquietud entre los venezolanos de a pie. De hecho, el secretario ejecutivo de la alianza opositora, Ramón Guillermo Aveledo, se refirió ayer a las informaciones y especulaciones que han rodeado la enfermedad del gobernante y manifestó que «la falta de transparencia y el nerviosismo oficial» son los que han «disparado todo tipo de rumores».
Incompetencia política
En un notable ejemplo de descoordinación política, el ministro de Comunicación de Venezuela, Andrés Izarra, negó ayer las informaciones publicadas por «El Nuevo Herald»: «No se hagan eco de la canalla. El comandante se está recuperando bien de su operación». Unas palabras que contrastan con el tono más serio, incluso un tanto trágico, del canciller Nicolás Maduro, que admitía, unas horas antes, que el comandante estaba «batallando por su vida». ¿Juego con los medios o incompetencia política? Pronto se sabrá.
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