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Protesta a la griega

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Protesta a la griega
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BARCELONA- Arrasaban allí por donde pasaban. La jornada de huelga universitaria a la que estaban llamados más de 120.000 estudiantes sembró el caos durante toda la jornada en el centro de Barcelona y obligó a cerrar el acceso de la Mobile World Congress (MWC), que se celebra estos días en la ciudad. Si en la jornada previa, los Mossos arrestaron a dos alumnos en el intento de «okupación» de la consejería de Economia, los destrozos de ayer por toda la ciudad enturbiaronuna multitudinaria manifestación que congregó a miles de estudiantes –25.000, según la Guardia Urbana, 70.000, según los organizadores–, para protestar contra los ajustes en la educación superior.

La protesta finalizó con cargas policiales, doce detenciones, doce heridos –siete de ellos agentes, uno ingresado en el Hospital Clínic– y destrozos en el recinto histórico de la Universitat de Barcelona. Los Mossos confirmaron que los antisistema habituales en los altercados en la ciudad se infiltraron en la marcha, en la que quemaron un vehículo, destrozaron la fachada de una oficina del Banco Popular en el paseo de Gràcia, junto al edificio de la Bolsa de Barcelona, donde se vivieron los momentos más tensos de la jornada. El Ayuntamiento, que se personará contra los asaltantes, contabilizó siete contenedores quemados, cuatro más destrozados y desperfectos en las máquinas de pago de las zonas de aparcamiento.

Los incidentes no dejaron de sucederse durante todo el día. La «jornada de lucha» comenzó en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), cuando los estudiantes cortaron durante media hora la A7 y la B30 además de inutilizar el servicio de ferrocarriles de las líneas S2 y S55. Poco después, la avenida Diagonal y la Gran Vía también padecieron cortes de tráfico. Un centenar de estudiantes irrumpió en una de las emisoras de la Ser en la calle Caspe, Ona FM, interrumpiendo un programa para leer un manifiesto.

Con una hora de retraso, sobre las 12.00 horas, arrancó la manifestación, que contó con un nutrido grupo de estudiantes de Secundaria y adolescentes. La marcha estaba convocada por la Plataforma en Defensa de la Universidad Pública (Pudup), secundada por los sindicatos CC OO, UGT, CGT, CAU, CSIF e Intersindical; los comités de empresa de la UAB y la UPC, y los sindicatos de estudiantes SEPC y AEP.

Bajo la pancarta «No pagaremos su estafa, salvemos la universidad pública» y al grito de «más becas y menos hipotecas», miles de estudiantes protestaron por la subida de un 7,6 por ciento de las tasas universitarias y del inminente despido de 700 trabajadores. Lo hicieron de forma festiva hasta su llegada a la Bolsa de Barcelona, en paseo de Gràcia, sobre las 13.30 horas. Mientras la marcha seguía su curso, se congregaron unas 300 personas y durante un par de horas asediaron el cordón policial que protegía al edificio lanzando botellas, pintura y todo tipo de objetos.
Aprovechando que la Policía Autonómica se concentraba frente a la Bolsa, los violentos optaron por destrozar una oficina del Banco Popular, lanzando adoquines que previamente habían arrancado del suelo y arrasando con un cajero automático. Allí se produjeron las primeras cargas policiales y detenciones. La multitud se dispersó hacia los aledaños de la plaza Universidad, donde desembocó la manifestación y se repitieron los altercados y el caos circulatorio.

Las cargas policiales volvieron a producirse en la calle Balmes con Diputació, donde quemaron un Peugot 307. A pocos metros, varios centenares de alumnos y personal de la UB decidieron «okupar» el paraninfo del recinto histórico, donde se encuentra el rectorado. «Nuestra intención es quedarnos hasta el lunes, el rector no ha impedido el acceso y las puertas estaban abiertas», explicó María José Saura, responsable del secretariado interuniversitario de Comisiones Obreras.

Y mientras las sirenas ensordecían el centro de la ciudad, unos 300 manifestantes, entre ellos decenas de encapuchados, decidieron seguir con la protesta en plaza España, epicentro del Mobile World Congress. La protesta obligó a cerrar el acceso principal, entre la mirada atónita de los congresistas internacionales que salían del evento. De nuevo, más tensión, algunas detenciones y el cierre momentáneo de la puertas del centro comercial Las Arenas así como de los accesos al metro.

Los estudiantes decidieron acordar en una asamblea sus próximos movimientos, aunque desde CC OO aseguraron que se avecina una «primavera caliente» de movilizaciones.