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Cameron: «Aung San Suu Kyi es una inspiración para todos nosotros»

El primer ministro británico, David Cameron, manifestó hoy su satisfacción por la puesta en libertad de la premio Nobel de la Paz y líder del movimiento democrático birmano, Aung San Suu Kyi, tras siete años y medio de cautividad.

"Aung San Suu Kyi es una inspiración para todos nosotros, para quienes creemos en la libertad de expresión, la democracia y los derechos humanos", afirmó Cameron en una declaración.

"Su detención fue una farsa, diseñada únicamente para silenciar la voz del pueblo birmano. La libertad es el derecho de Aun San Suu Kyi. Ahora el régimen birmano debe respetarlo", añadió.

Su antecesor en el cargo, Gordon Brown, dijo que habrá alegría en el mundo por la puesta en libertad de Aung San Suu Kyi, "la prisionera de conciencia más conocida y valiente del mundo".

Suu Kyi, de 65 años, vivió en el Reino Unido -que tuvo a Birmania entre sus colonias hasta el año 1948- mientras crió a sus hijos junto a su esposo, el profesor Michael Aris, que murió a los 53 años a causa de un cáncer de próstata en 1999.

La líder opositora decidió entonces permanecer en Birmania y no acompañar a su esposo en sus últimos días, porque sabía que si lo hacía el régimen militar le impediría volver al país para seguir con su actividad política, lo que hubiera descabezado a la oposición.

Kim, su hijo menor de 33 años, que vive en este país y está actualmente en Bangkok, no ha visto a su madre desde hace 10 años.

La BBC informó de que Kim ha podido hablar ya por teléfono con su madre tras la liberación y de que está esperando conseguir un visado para entrar en Birmania y poder reunirse con ella.

Amnistía Internacional (AI) también dio la bienvenida a la liberación de la líder opositora birmana, pero destacó que la salida de su casa "sólo marca el final de una sentencia injusta que fue extendida de manera ilegal, y que de ninguna manera representa una concesión por parte de las autoridades militares".

"El hecho sigue siendo que las autoridades nunca deberían haberla detenido a ella ni a los otros prisioneros de conciencia que hay en Birmania, manteniéndoles al margen del proceso político", manifestó el secretario general de Amnistía, Salil Shetty.

Shetty destacó que lo importante ahora es que las autoridades garanticen su seguridad y que "pongan final a la injusticia de encarcelar a gente por razones políticas".

AI recordó que sigue habiendo unos 2.200 prisioneros políticos en las cárceles de la Junta Militar birmana.

Zoya Phan, coordinadora internacional de la ONG Burma Campaign, declaró que "la puesta en libertad de Aung San Suu Kyi es una operación de relaciones públicas, no una reforma democrática".

"Estoy encantada de ver a nuestra líder democrática finalmente libre, pero su liberación no forma parte de un proceso político, sino que está diseñada para conseguir publicidad positiva para la dictadura tras el pucherazo flagrante de las elecciones del 7 de noviembre", dijo la activista birmana.

"No debemos olvidar a los miles de otros prisioneros políticos que siguen sufriendo en las cárceles de Birmania", subrayó.