Hamburgo

Mourinho y el Real Madrid

La Razón
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Lunes, 10: pasa... A veces lo que pasa es que no sabemos reflexionar con serenidad lo que nos pasa, y por eso nos pasa lo que nos pasa. Al margen de que venga o no venga Mourinho al Real Madrid, en el Real Madrid, por lo que se ve, por lo que sé y lo que se lee, pasan muchas cosas. Pasa que Higuaín no está contento (quiere más euros). Pasa que Guti se va cuando a lo mejor no quisiera irse. Pasa que como Guti e Higuaín, hay varios jugadores. Pasa que en el vestuario blanco la convivencia es grupal y espesa. Pasa que ni Champions, ni Copa del Rey, ni Liga (salvo milagro), a pesar del brutal esfuerzo económico del club (más de 250 millones de euros) con el aval del prestigioso y prestigiado (como empresario) Florentino Pérez. Pasa que Florentino ha vuelto a tropezar en el aerolito del galactismo. Pasa que el Madrid sigue sin tener diseñado un proyecto racional (el dinero no es racional, nunca lo ha sido). Pasa que el Madrid cambia de entrenador más veces que Isabel la Católica de camisa después de la conquista de Granada. Y pasa que hay más cosas que pasan. Martes, 11: presión Florentino Pérez, por lo que cuentan, presiona con el poder de su liderazgo en la Liga de Fútbol Profesional. Hay medios, salta a la vista, que postulan el fichaje de Mourinho. ¿Por qué? «Mourinho es muy mediático, vende periódicos», me razonan. Es verdad. Vale. Florentino, a su vez, quiere algo así como dos Ligas a efectos económicos: la Liga de los «patricios» o notables y la «Liga de los otros», digámoslo así para no humillar. La España de las autonomías y la Liga, también, de las autonomías o de los «próceres» no mezclados con «los otros». O sea: telecafé para los «aristócratas» y teledescafeinado para los otros. Porque lo que realmente ansían vorazmente los «patricios» es la rica miel del dinero de la televisión. Vamos a esperar a ver si se deshace o no el nudo de la fraternidad y la igualdad (dentro de un orden) en el fútbol español. Miércoles, 12: su miedo ¡Jamón, jamón el Atlético en Hamburgo! Durante el partido, lo amamos, descreímos de él (en el segundo tiempo), sufrimos, o sea, el Atlético de siempre, siempre inquebrantablemente, fiel a su DNI. Galáctico y vengador, sin embargo, esta vez al «vengar», en plan Robin Hood, a los imperiales Barça y Real Madrid en la imperial Europa del fútbol, que nada tiene que ver con la Europa de Merkel y Sarkozy, los imperiales soberanos de ZP, pobre ZP. El Atlético, ya, hoy mismo, debe guardar en el baúl de los gloriosos recuerdos al Fulham. Y ya, desde ahora mismo, debe concentrar sus cinco sentidos en el Sevilla, que no es pudoroso Fulham. ¿Venderá Gil Marín a Agüero y Forlán? Son al Atlético lo que durante años han sido a la ahora endeuda y empobrecida España el ladrillo y el sol, o sea los nutrientes de su PIB. Ah: Domínguez, formidable: el Piqué del Atlético. Este equipo, si no se desarma con los traspasos y se vigoriza con un buen «repartidor» de juego en el centro del campo, puede ser para el Real Madrid y el Barça lo que esta temporada ha sido el Real Madrid para el Barça: su sombra y su miedo. Jueves, 13: el mejor Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Clito Ruiz y Picasso, o sea Picasso, dijo una vez: «Sólo inclino mi cabeza ante el talento, ante el arte». El deporte es también arte y talento. Xavi, como Gasol, como Messi, como Nadal, como unos cuantos más –que los hay–, son talento y arte. Ricky Rubio ha sido elegido el «Mejor Base» (con mayúsculas, ¡hala!) de la temporada 2009-10 de la Liga ACB. Ricky tiene el talento y el arte de hacer fácil lo dificil, y eso es lo difícil del talento y del arte. Verle, ciertamente, es un gozo.