San Sebastián

Cuando se cambian las bombas por votos

La expectativa de un «cese de la violencia» de ETA aupó a Bildu a ser la segunda fuerza política en el País Vasco

22 de mayo de 2011: Etxeberría y Garitano se felicitan tras las elecciones
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Vitoria- El poco más de un año de extenso reinado de Bildu, que abarca casi la mitad de los pueblos del País Vasco y una provincia, arroja un balance de ineficaz gestión y mucho, demasiado, adoctrinamiento. Todo comenzó cuando los resultados de los comicios municipales y forales de mayo de 2011 superaron las previsiones de la propia izquierda abertzale.

Sin el «cese definitivo» de la violencia de ETA aún declarado –ayer, 20 de octubre, se cumplió un año–, aquellas elecciones convirtieron a la coalición abertzale en la primera fuerza política vasca en representación municipal, con 953 concejales, y la segunda en votos, detrás del PNV, con 276.134 (el 25,4 por ciento de los sufragios).

La izquierda radical no sólo recuperó sus feudos tradicionales, como la simbólica Lizarza, sino que arrebató importantes bastiones al Partido Nacionalista Vasco y al Partido Socialista de Euskadi, como Renteria y Andoain, y, en especial, la capital guipuzcoana.

Un mapa jamás alcanzado antes –y que hoy puede sumar otro hito por el número de escaños que, previsiblemente, obtendrá la coalición en el Parlamento vasco– que sitúa a Bildu al frente de 100 de los 251 ayuntamientos que hay en el País Vasco y le otorga dos joyas inesperadas, la Alcaldía de San Sebastián, primera capital que gobierna, y la Diputación de Guipúzcoa, su máxima representación institucional.

Suciedad y rebelión popular
El primer diputado general abertzale, Martin Garitano, que sujeta el cetro gracias al PNV, ya ha sufrido una moción de censura de toda la oposición, la primera en la historia de la institución.
Así, tuvo que cesar a su diputado de Medio Ambiente por la gestión de las basuras que realiza, mediante un plan alternativo llamado el «puerta a puerta», que coloca postes enfrente de cada portal con cinco cubos para que los que vecinos depositen los distintos desperdicios. Resultado: tener en pie de guerra a buena parte de la ciudadanía.

También ocurre algo similar en municipios, como el turístico Zarauz, donde gobierna Bildu, que son en los que está implantando su modelo de recogida. Las firmas populares crecen en contra de un sistema más caro, muy antiestético y de dudoso beneficio medioambiental, porque seguirá siendo necesaria la incineradora ahora paralizada.

Otro capítulo merece la falta de capacidad de reacción de los gobiernos abertzales para atender a la población ante una situación de emergencia. Alcaldes como el de San Sebastián, Juan Carlos Izaguirre, también consiguieron desatar la cólera de los guipuzcoanos durante las inundaciones del pasado mes de noviembre, las más importantes de las últimas décadas, al dejar patente una atención mala y tardía.

Menos seguridad y turistas
El turismo en Guipúzcoa cae por vez primera de forma irremediable y se pone freno al progreso, sin dejar instalar conexiones «wifi» ni permitir que avance la construcción del Tren de Alta Velocidad.

Y mientras los recursos económicos se quitan de comedores sociales o de la seguridad de los ayuntamientos (esta misma semana de la puerta del de San Sebastián desaparecían los policías y el arco detector de metales, fruto «del nuevo tiempo»), no se escatima a la hora de financiar el ideario abertzale (que incluye la imposición del euskera, también en la contratación pública, y la desaparición de los toros, sometidos a referéndum sin éxito) y a los colectivos afines (como los de los presos de ETA, a los que se ceden instalaciones públicas).

 

Más de 1.350 millones de euros de dinero público
Todo el poder institucional que asume Bildu conlleva disponer de unos cuantiosos presupuestos que, pese a haber sido recortados en algunos casos por la crisis, en otros aumentan hasta un 5 por ciento. Esos presupuestos ascienden en 2012 a más de 600 millones de euros en las principales arcas municipales y a 756 millones de euros en la Diputación de Guipúzcoa. La segunda partida más importante, detrás de la foral, proviene de San Sebastián (505,4 millones), y le siguen otras, procedentes de las plazas con más habitantes, como Mondragón (31,1 millones de euros), Tolosa (24,4 millones), Llodio (22,7 millones), Bermeo (18,9 millones) y Guernica (17,6 millones). Además, el regreso de la izquierda abertzale al Parlamento vasco le va a suponer una nueva inyección financiera de hasta 26.700 euros por escaño. Si esa cantidad se multiplica, de acuerdo a la última encuesta de NC Report para LA RAZÓN, por el número de diputados que puede lograr Bildu –hasta 22 diputados– eso le proporcionaría a la coalición abertzale, nada más empezar la legiaslatura, la suama de 587.400 euros. A esa cantidad habría que añadirle, además, 90 céntimos por papeleta y 44.600 por circunscripción en la que consiga un parlamentario. Cuando tomen posesión de su cargo, los parlamentarios vascos cobrarán al año 68.567 euros brutos.