Crisis económica
Obreros y estadistas
Como decía el general Perón: de todas partes se regresa, menos del ridículo. Ahora vemos a los demagogos profesionales del Partido Popular presentándose como el partido de los trabajadores, y a los demagogos profesionales del Partido Socialista vanagloriándose de ser estadistas. Espero que la mayor abstención electoral sea el justo castigo que reciban ambas formaciones. Es detestable el manoseo que la política ha hecho siempre del pueblo, a quien rara vez ha dejado en paz. Esto es patente en el caso de la izquierda, que se llena la boca con los obreros y no hace más que hostigarlos con paro, impuestos, multas y prohibiciones de toda suerte. Si el PP de verdad respetara a los trabajadores debería limitarse a pregonar y practicar la libertad, o, más modestamente, a ilustrar con argumentos y cifras que si a los trabajadores se les fastidia poco, prosperan. Lo del PSOE vuelve a probar su maestría impar a la hora de la impostura. Prodigiosos oportunistas, estos grandes impulsores del desempleo lucen hoy vistosos disfraces para aparentar ser mandatarios serios y pletóricos de responsabilidad, estadistas de amplios horizontes que acometerán la reforma laboral pensando sólo en los intereses del país. «No hay prórroga», anunció Pepiño Blanco, en alta voz y con el tono inequívoco de quien siempre antepone el bien de la patria al del partido. ¿Cómo se llamaba esa película de Marlon Brando? Ah, sí: «El rostro impenetrable».
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