Erupción volcánica
El volcán de El Hierro asoma
Una mancha con olor a azufre y peces muertos aparecidos junto a la costa verifican la erupción submarina. Los científicos que estudian las erupciones volcánicas frente a la costa sur de El Hierro, así como las autoridades de la isla, reiteraron anoche que no existe un riesgo grave para la población.
Valverde (El Hierro)- «Es como un rugido». «No, es un crujido, como bichos caminando». «Yo lo que siento es un tirón en el suelo». Los vecinos de La Restinga no encuentran las palabras para describir lo que llevan semanas sintiendo: el famoso tremor, o lo que es lo mismo, el magma moviéndose bajo sus pies. La primera noche de evacuación fue una de las más tranquilas desde que comenzara la alerta, pero los desalojados no olvidan que han convivido con el volcán fantasma que amenaza a la isla. Aunque en los últimos días, el que más y el que menos ha hecho un curso acelerado de vulcanología y, aunque el Gobierno canario intenta tranquilizar y repite que la evacuación sólo se hizo «por precaución», la inquietud crecía ayer entre los habitantes de El Hierro y, en especial, entre los vecinos de esta pequeña localidad, que pasaron su segunda noche fuera de casa.
Esta alarma aumentó por la tarde. Las 60 familias de pescadores de La Restinga confiaban en que se les diera permiso para trasladar sus barcos al puerto de la Estaca, al noreste, y así poder faenar. Pero los científicos se encontraron con una sorpresa al inspeccionar la zona que lo impidió: una «mancha verde, con peces muertos». Así lo explicó el director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno canario, Juan Manuel Santana, tras una reunión de las autoridades de la isla.
Dos puntos de erupción
La mancha, localizada en la tarde de ayer, se encontraba a sólo 500 metros bajo el mar y a una milla y media de distancia desde la costa y, de acuerdo con Santana, es el signo de uno de los dos puntos de erupción que habría en la isla –el otro estaría a 750 metros de profundidad y a dos millas de distancia desde la costa–. Tal era su magnitud que desde el mirador del Tanajara, vecinos de la zona pudieron apreciar «una superficie verde con espuma y burbujas». Los investigadores analizan ya los animales y el agua de esta zona, que desprende un fuerte olor a azufre, para obtener más datos sobre un fenómeno del que, de acuerdo con María José Blanco, directora del Instituto Geográfico Nacional en Canarias, «se desconoce su evolución». Ella y la responsable de Geofísica del citado centro, Carmen López, confirmaron anoche que las dos manchas «son las primeras evidencias en superficie de la erupción volcánica». Ambas científicas han recogido muestras de agua, peces y coral negro para ser analizadas. López explicó que el color verde de las manchas puede deberse a los gases «de origen magmático». Si bien por el momento los gases no son peligrosos para la población, no descartó que las emisiones pudieran aumentar en los próximos días.
Ya antes de que se conociera la existencia de la mancha, el éxodo hacia otras islas era considerable. Además de algunos turistas, las familias con niños pequeños son las que más han optado por esta salida. En casas propias, de familiares o incluso en hoteles, muchos no han querido esperar a una eventual evacuación. Es el caso de la hija y las nietas de Luis Enrique y Juana Mari. Vecinos de La Restinga, están realojados en la residencia de estudiantes de Valverde, al igual que todos los que no han podido quedarse en casas de familiares. Pero a su hija y a las niñas, de cinco años y 15 meses, las han enviado a Las Palmas. «Tenemos una casa allí, y no hay necesidad de que se queden», cuenta Luis Enrique, mientras su esposa solloza. Con la mancha a la vista y el miedo en la población, ¿qué ocurrirá a partir de hora? En cualquier caso, El Hierro se fue ayer a dormir con un ojo abierto.
Un robot a la caza de datos
Zapatero le ha pedido a Telefónica que envíe a El Hierro al barco cablero Leon Thevenin que trabaja en aguas canarias y pertence al consorcio de operadoras europeas. Esta embarcación dispone de un robot sumergible, Scarab I, que cuenta con una cámara de vídeo y puede alcanzar 2.000 metros de profundidad. Gracias a este mecanismo conocerán más datos de las profundidades Mar de las Calmas.
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