París

El Gobierno cierra filas frente a la crítica de la Iglesia

Nicolas Sarkozy
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El Gobierno de Nicolas Sarkozy ha cerrado filas para defender la actual política de expulsiones de gitanos y rebatir las innumerables críticas que están generando las últimas desde la Iglesia católica y el propio Papa Benedicto XVI. El ministro del Interior, Brice Hortefeux, ha sido el primero en responder y lo ha hecho invitando al presidente de la Conferencia Episcopal de Francia, el cardenal y arzobispo de París, André Vingt-Trois, a un encuentro para analizar y explicarle su versión de esta polémica. La reacción del ministro se produce después de que el Papa aludiera, sin citarla expresamente, a la ofensiva gala contra el colectivo gitano. Ya antes que el Pontífice, otros representantes de la Iglesia francesa habían censurado abiertamente las medidas del Ejecutivo. Uno de ellos, el padre Arthur Hervet, llegó a decir públicamente que reza para que Sarkozy tenga una crisis cardiaca, aunque horas después se disculpó. Ni Hortefeux ni el ministro de Inmigración, Eric Besson, comentaron sus palabras y simplemente se limitaron a rebatir a quienes se empeñan en condenar algo que, según ellos, es totalmente legítimo y, además, se está haciendo en otros lugares. Según Besson, las palabras que se están escuchando al respecto en las últimas semanas «dan la impresión de que estamos en la Segunda Guerra Mundial». Se refirió también al mensaje del Papa en el que apelaba a la fraternidad universal, algo en lo que Francia aventaja a muchos otros países, agregó Besson. «Somos el segundo país del mundo en materia de asilo».