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El TSJC cede a la presión nacionalista y mantiene la inmersión lingüística
BARCELONA- El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) emitió ayer un fallo que, por una parte avala el modelo de inmersión lingüística en las escuelas catalanas, que discrimina el castellano, pero por otra parte indica que la Generalitat tiene que ofrecer atención individualizada a las tres familias que recurrieron al Tribunal Supremo (TS) para que sus hijos sean escolarizados en español. El tribunal no indicó el método para llevar a cabo este tipo de atención a los niños.
La resolución del TSJC no dejó contento a nadie, y menos a las familias demandantes. Los 22 jueces del Alto Tribunal catalán que se reunieron votaron masivamente a favor de la inmersión lingüística, y de esta manera contradijeron su fallo de septiembre de 2011, que daba a la Generalitat un plazo de dos meses para obedecer anteriores sentencias del Supremo.
Presión nacionalista
Éstas fallaron que el castellano también tiene que ser lengua vehicular en las aulas catalanas. Cabe recordar que todos los partidos catalanes, excepto el PP y Ciutadans, se reunieron el miércoles para intentar presionar la decisión del TSJC. Muchas presiones para los jueces, unidas a numerosas campañas de entidades independentistas, que llevan meses llamando a boicotear cualquier sentencia contraria a los intereses nacionalistas.
La citada resolución de septiembre ha quedado en el olvido y, en definitiva y en la práctica, se mantiene el catalán como lengua vehicular. El problema vendrá ahora, para garantizar esta atención individualizada a estos niños. Ángel Escolano, el abogado de Convivencia Cívica Catalana (CCC), la entidad a través de la cual se interpusieron estas denuncias, se mostró optimista de cara a conseguir este tipo de atención.
Escolano lamentó que «parece que a partir de ahora sólo se va a escolarizar en castellano o a medias entre las dos lenguas a las familias que demanden su situación a la justicia», y se mostró optimista a que el fallo del TSJC sente jurisprudencia.
CCC presentará en los próximos días un recurso al TS para volver a intentar que este tribunal obligue a la Generalitat a equiparar de una vez por todas en las aulas el castellano con el catalán.
Las reacciones no se hicieron esperar. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, defendió una vez más el modelo de inmersión lingüística y señaló que «estamos donde estábamos y nos moveremos de aquí», quizá en referencia a que el gobierno catalán no acatará, como ha hecho hasta ahora, otra sentencia del Supremo. La consejera de Educación, Irene Rigau, señaló que el fallo del TSJC «no cuestiona nuestro sistema educativo» e incluso desafió al Supremo diciendo que «no tiene competencias para cambiar nuestro modelo». En definitiva, únicamente se comprometió a estudiar los casos de estas familias.
No obstante, Escolano recordó que hay otras 505 denuncias de familias que quieren escolarizar a sus hijos en castellano en Cataluña, que están aún pendientes de resolución, y que la bola de nieve se puede ir haciendo más grande en los próximos meses.
Por su parte, el portavoz adjunto del PP en el Parlamento catalán, Santi Rodríguez, mostró su respeto hacia el fallo del TSJC, pero recordó que el modelo que establece es el del bilingüismo, basándose en una sentencia del Tribunal Constitucional.
«Nuestro modelo no se toca»
El presidente de la Generalitat Artur Mas, afirmó ayer que «debemos mantener la convicción y el compromiso en el modelo que nos ha funcionado 30 años». «lo que debe procurar la escuela es cuidar al catalán», insistió, antes de añadir que «el modelo no se debe tocar».
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