La vigilia de oración de la Inmaculada «se contagia»

MADRID- Que España fue siempre un país con una gran devoción a la Inmaculada Concepción de la Virgen es cosa bien conocida y reconocida por Roma, especialmente desde que Clemente XIII declaró a la Inmaculada patrona de los reinos hispánicos en 1760, por petición de la sociedad española. Pero en los últimos años se está difundiendo en nuestro país la costumbre de celebrar la fiesta con una vigilia de oración abierta al público, a menudo impulsada por jóvenes, con una convocatoria amplia.

El modelo para las actuales vigilias de la Inmaculada nació en 1947 por impulso del jesuita Tomás Morales, sacerdote convencido de la necesidad de potenciar el apostolado de los laicos y fundador de los Cruzados y Cruzadas de Santa María y de su rama joven, la Milicia de Santa María. Aquellas vigilias, que en sus inicios estaban pensadas sólo para hombres y tenían un fuerte componente de caballerosidad masculina hacia la Dama por excelencia, se abrieron desde 1996 a toda la familia como forma de potenciar una institución acosada por la vida moderna y ciertas legislaciones. De Madrid, las vigilias se han ido difundiendo a muchas otras diócesis. Por ejemplo, Rafael Zornoza, que durante sus cinco años como obispo auxiliar en Getafe vivió muy intensamente estas vigilias, ahora que es obispo de Cádiz (desde el pasado agosto) ha pedido información y la nota que suele enviar el Papa para la Vigilia de Madrid a los organizadores del acto en la capital. «Cuando nos piden información para iniciar una nueva vigilia les decimos que cada parroquia o diócesis ha de seguir su propia idiosincracia», explica Nicolás Arroyo, presidente del comité organizador. «En Madrid el cardenal preside en la catedral, hay exposición del Santísimo y ofrenda floral con procesión a la Virgen de la Almudena, que también tiene el título de Inmaculada. Pero en otros sitios puede celebrarse rezando el Rosario o de otra manera». Una clave de esta convocatoria es su carácter público y en Madrid se ven sus carteles en el metro y en muchas tiendas, con una Virgen de El Greco. «Muchos jóvenes que fueron voluntarios de la JMJ han recorrido las calles colocando los carteles en tiendas y escaparates. Así siguen la llamada a la Nueva Evangelización y la practican con sus compañeros, a veces de forma heroica», afirma Nicolás Arroyo. 

El dogma, según lo definió Pío IX
«Definimos que ladoctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles...» (Bula «Ineffabilis Deus», del año 1854)

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