El efecto AVE no llega a la costa

Sin embargo, a estas alturas de agosto se han hecho muy pocos servicios a estas zonas. De hecho, podría decirse que sólo han recurrido al taxi aquéllos a los que no les quedaba otra opción porque llegaban en un momento en el que ya no quedaban autobuses u otros trenes.
El presidente de la Cooperativa Valenciana de Taxis, Pedro Pérez, explicó ayer que esperan enmendar este error para la próxima temporada y llegar a acuerdos para promocionar este servicio. Ya que la clave parece ser que ni siquiera es el precio- ya que las tarifas ya están establecidas- sino la publicidad.

El pasado mes de noviembre la Cooperativa Valenciana de Taxistas ya planteó la posibilidad de ofertar servicios entre Valencia y Dénia por 100 euros, por 128 a Altea, o por 80 a Benicàssim. De éstos, el último es el único que valdría la pena resaltar y solamente durante la celebración del FIB.

En este sentido, Pérez anunció que de cara a la «Tomatina» de Buñol se ha iniciado una campaña para que los miles de extranjeros que llegan para disfrutar de este evento tengan el taxi como alternativa al autobús o al tren. En función de la terminal en la que se encuentren el desplazamiento a Buñol va desde los 40 a los 45 euros. Si el taxi va lleno, el precio ya es competitivo.

Afortunadamente lo que sí ha funcionado son las rutas turísticas por Valencia- asegura Pérez- sobre todo por parte de los visitantes que llegan desde el puerto a los cruceros.
Éstos no suelen pasar más de un día en Valencia y el taxi es una buena alternativa para recorrer la ciudad de forma rápida y personalizada, ya que, aunque se ofrecen itinerarios cerrados siempre se pueden variar en función de las preferencias del cliente.

De Atocha a la playa
La inexistencia de una vía de tren que recorre de norte a sur a la Comunitat Valenciana ha dejado escaso margen de maniobra al AVE. Renfe oferta, además del de Valencia, siete trayectos que tienen como destino una localidad costera.

Con término en Oropesa y desde Madrid pasando por Sagunto, Castellón y Benicàssim; Gandia, con parada en Cullera y Alicante.

En ningún caso se utilizan trenes AVE, sino Alvia, un modelo que está preparado para circular tanto por vía de ancho de alta velocidad como convencional. Todos los trayectos rondan las tres horas.