Laura

Desafortunada neoyorkina descuartizada por ese «monstruo» (su madre dixit, con tino) en el Tiro de Línea. Eligieron a Elton John como banda sonora de su funeral pero esta ciudad que la acogió (y que la despidió tan cruelmente) podría cantarle lo de Ray Paterson. «Tell Laura I love her». Se aprovechó de que el alcohol la dejaba sin defensas, la enajenaba. Será tratado con los miramientos garantistas que prevé nuestro modernísimo Código Civil. Todavía pretendemos dar lecciones morales a los norteamericanos, esos salvajes, por su evangélico «ojo por ojo» del Bible Belt o por el expeditivo código instaurado por Charles Lynch en los estados conquistados del Oeste. Allí, la Justicia también la encarnan doce hombres honestos y una soga. ¿Y? Olvidamos que es la única nación del orbe nacida como una democracia: «We, the people...».