Una mala jugada

El presidente del FMI puede haber sido víctima de una mala jugada preparada por sus competidores en el partido socialista francés para evitar su más que previsible triunfo en la primarias; pero también existe la posibilidad de que, dados sus antecedentes biográficos, él solito se haya metido en la boca del lobo y protagonizado la peor jugada de su vida. Es verdad que ante todo hay que defender la presunción de inocencia de Dominique Strauss- Kahn, pero también es cierto que él ha vivido episodios similares a lo largo de su vida, lo que invita a creer la acusación; aunque al final resulte injusto. Tampoco hay que minusvalorar el hecho de que las autoridades estadounidenses no duden en detener a todo un presidente del Fondo Monetario Internacional por la denuncia de una camarera, que, previamente, había prestado su servicio a tan insigne señor. Y ahí surge la duda, porque si le hizo el trabajo extra que cuentan las crónicas, parece difícil creer que se haya producido de manera intimidatoria. Así pues, cabe pensar que estemos ante una estratagema de algún político galo, compinchado con la mujer, que desea quitarse de en medio a un adversario potente. En cualquier caso, sea culpa del propio Dominique por su demostrada afición al sexo contrario o por alguien que se la ha jugado, su carrera política ha tocado a su fin.