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La tercera dimensión del arte de Dalí
Cuándo: Hasta el 31 de diciembre. Dónde: Castillo Gala Dalí de Púbol (La Pera). CuÁnto: 8 euros.
BARCELONA- Salvador Dalí nunca ocultó su fascinación por la búsqueda de una tercera dimensión. Su incondicional apoyo a la ciencia le hizo querer explorar terrenos hasta esa fecha inéditos para el mundo del arte. El castillo Gala Dalí de Púbol se adentra en ese terreno con una pequeña exposición centrada en la labor del pintor del surrealista en el campo del holograma.
Accede con dos obras realizadas en 1973 y 1974, de tema distinto, pero significativos de la amplitud de miras del artista surrealista: «El cerebro de Alice Cooper» y «Dalí pintando a Gala». La muestra se complementa con la proyección de una cinta de súper 8, hasta ahora inédita, en la que aparece el pintor catalán en el momento de llevar a cabo esta segunda obra. La interesante filmación, adquirida el pasado año por parte de la Fundación Dalí después de que fuese ofrecida a museos como el MoMA de Nueva York, ha dado paso a esta exposición, en la que el objetivo es estudiar una de las facetas menos conocidas de Salvador Dalí como es su relación con la holografía.
El pintor se sirvió para la creación de estas obras de la colaboración del Premio Nobel de Física de 1971, Dennis Gabor, y del hológrafo Selwyn Lissack. No era un trabajo sencillo, pero para Dalí fue una manera de continuar una labor que le había fascinado desde siempre, como había constatado en algunas de sus obras de los años 50 y 60. Como siempre, se adelantó a su tiempo, aunque no logró el exitoso respaldo internacional siempre añorado. Con los hologramas daba un paso más allá en su carrera porque lograba unir tanto la creación en tres dimensiones como el poder dotar de una suerte de movimiento a sus obras, sacando del marco a la pintura y permitiendo una mayor implicación con el espectador.
Dalí presentó estos trabajos en las galerías Knoedler de Nueva York, en 1972. El catálogo de la muestra en el castillo de Púbol recupera algunos de los textos que se editaron para aquella exposición, además de algunos trabajos complementarios vinculados con la insólita colaboración entre el creador de los relojes blandos y la estrella del rock Alice Cooper.
Mención aparte en la muestra lo merece el holograma en el que Dalí aparece autorretratado mientras pinta a su musa Gala. Por otra parte, en el museo de Figueres se conserva un holograma dedicado a Velázquez y al inventor de la holografía, Denis Gabor.
La mirada de Alice Cooper
El catálogo de la exposición contiene una insólita firma invitada: Alice Cooper. La estrella del rock, amigo del artista desde los años setenta, colaboró con el genio surrealista en algunas iniciativas. Cooper sostiene que Salvador Dalí «fue siempre mi héroe. Salvador vio a Alice Cooper como puro surrealismo y Alice Cooper le vio como una estrella del rock». El músico recuerda el trabajo conjunto con el pintor, cuando éste decidió representar en un holograma su cerebro. El proceso fue, según Cooper, «un hit» que también quiso fotografiar Annie Leibovitz.
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