Victoria terapéutica

El Barça no brilló el sábado, pero cumplió. Guardiola introdujo siete cambios en la alineación con el fin de dar descanso a jugadores clave de cara al miércoles europeo en el Bernabéu, que no será fácil pues, en primer lugar, están muy cansados. Y en segundo, porque Mourinho parece que por fin le ha cogido el quid para jugarle al Barça. O, mejor dicho, para no dejarle jugar. Por lo que los dos partidos de «Champions» prometen ser muy interesantes.

El Barça no está acostumbrado a que le planten cara. Ni a perder. Y, cuando esto ocurre, aparecen las sombras de la duda y del pesimismo tradicional. El Madrid, como se demostró de nuevo el pasado miércoles en Mestalla, juega hoy un fútbol más vertical, rápido y efectivo. Con tres o cuatro toques se planta frente a puerta. Por contra, los azulgrana practican un juego más elaborado, de mucho toque y control del balón. Ni uno, ni otro, a estas alturas, van a cambiar. De ahí la importancia de utilizar savia nueva, como Afellay, Mascherano o Jeffren en el caso del Barcelona. Yo diría que el miércoles, si se sabe hacer, nos toca.