Cataluña

Racismo antiracista

La Razón
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La tentación es grande. La es en algunos colectivos, que, aunque pequeños, tienen su lugar bajo el sol. Me refiero a asociaciones que hacen de la lucha contra el fascismo su divisa. Sí, la tentación es grande en estos días, y lo será, aun más, durante la campaña de las elecciones municipales, a punto de comenzar. La idea de convocar actos para mostrar la oposición social a las candidaturas que exhiben postulados xenófobos, racistas e, incluso, neonazis, está en su mente colectiva.

Pero lo que deberían advertir es que el mejor altavoz para pregonar lo que pretenden combatir puede acabar siendo ellas mismos. En una campaña electoral en la que los partidos que optan por la convivencia ciudadana han decidido no hacer de la inmigración arma arrojadiza y no polemizar -es más, ignorarlos- con los partidos neonazis, serán quienes celebren actos públicos para oponerse a éstos los que les harán «reina por un día», quienes les regalarán «vela en este entierro».

Sí, con motivo de los actos de repulsa estarán dando pie a que se hable de lo que proclaman racistas y neonazis, que durante unos días ocuparán en la prensa local -y quizá en la global- un espacio que de otra manera no conseguirían. No creo descubrir nada nuevo al afirmar, por enésima vez, que las campañas antirracistas mal llevadas acaban generando más racismo.
Seamos cautos, no vaya a ser que combatiendo el mal propaguemos la epidemia.