San Isidro para un ganadero por Álvaro NÚÑEZ DEL CASTILLO

De nuevo explota la primavera para colmar los sentidos de los apasionados del campo, y por estas fechas, pues ya sabemos los ganaderos, San Isidro, la capital del toreo, el cónclave.
Para Núñez del Cuvillo el examen de Las Ventas es el más riguroso de la temporada y este año como viene siendo costumbre en los últimos años nos presentamos con dos corridas, un trago fuerte, porque en Madrid la afición es dura, mide al toro y al torero, la bravura y el valor, por eso se pasa tan mal, por eso sientan tan bien los triunfos.

La cartelería de este año, creación deTaurodelta, me parece espectacular, figuras, ganaderías en buen momento y rivalidad son las bases del abono, que comienza para nosotros el día del patrón con un cartel muy del gusto de Madrid, Morante, Talavante y Saldívar, que confirma, y es difícil no ilusionarse cuando uno ve anunciado a Morante de la Puebla en Las Ventas, sentir cómo el vuelo de su capote frena la embestida de un toro, la esencia última del arte.

Y volvemos al ruedo venteño el miércoles 18 con un cartel estelar, El Juli, Castella y Manzanares conforman posiblemente el mejor cartel de San Isidro 2011, categoría y verdadera rivalidad, un lujo para el aficionado. El Juli, que viene de abrir de par en par la Puerta del Príncipe; Castella dispuesto a conquistar de nuevo Las Ventas; y por si fuera poco, José María Manzanares, que ya tendrá los pies en la tierra tras bajar del cielo maestrante, donde ascendió tras bordar el toreo.

Su tarde de Sevilla el 30 de abril queda ya para los anales de la Historia. Por encima de las orejas, hasta incluso de la Puerta del Príncipe, su sueño, nos queda su toreo, El TOREO, el eje de la Tauromaquia con el que nos deleitó a los afortunados que al recordar tal fecha, nos vendrá a la cabeza... ¡¡estuve allí!!

Preparar los toros para tales acontecimientos es un reto para nosotros. Madrid exige trapío y, a pesar de que el toro nuestro es generoso de cara, en Madrid se pide un remate y un volumen que no facilita precisamente lidiar una corrida, mucho menos dos y aún más tan próximas.

Pero el resultado de tanta ilusión, de tanto esfuerzo, dependerá como siempre de la bravura, maravilloso misterio que sólo desvela el toreo. La bravura es el eje de nuestra vida como ganaderos, y todo el mundo cree de ella que es natural, pero no, no lo es. La bravura es artificial, lo natural es la mansedumbre. Todos los animales atacan, pero cuando se ven sometidos se amansan o huyen, sólo el toro bravo sigue luchando al sentirse sometido, y esa capacidad de crecerse al castigo es la bravura, una creación del hombre.

Seleccionada la bravura, seleccionado el toro de Madrid, venimos otro año a Las Ventas con humildad e ilusión y con el deseo de que estas tardes de toros engrandezcan nuestra Fiesta.
Que Dios reparta suerte.

Álvaro Núñez del Cuvillo
Ganadero