Juan Jacinto Muñoz: «Satisfacemos la agresividad con la ficción»

–«El asesino hipocondríaco». ¿Es hipocondríaco?
–No, quizá cuando sea mayor. Pero he visto que la red está llena de enfermedades y enfermos.

–Me imagino que tampoco es un asesino. ¿Qué le podría empujar a...?
–Me imagino que drogas alucinógenas o una situación extrema.

–Su asesino es muy especial...
–De moral particular. Si su víctima enfermara, esperaría a que estuviera sana para matarla.

–¿Matar por encargo es menos grave que matar por ira o por capricho?
–Es más grave que matar por ira. El encargo requiere cálculo, frialdad.

–¿Por qué el asesino a sueldo atrae tanto a escritores y lectores?
–Nos queda algo del salvaje que fuimos. Ahora satisfacemos la agresividad con la ficción.

–Trata su novela también de la relación entre enfermedad y literatura...
–Es una relación estrecha. Un gran porcentaje de escritores empezaron a leer porque enfermaron, y de ahí fueron a la escritura.

–En realidad, el escritor es casi siempre un enfermo, ¿no?
–Sí. El más sano de los escritores tiene alguna perversión patológica. Y obsesivos son casi todos.

–Ilustres hipocondríacos. ¿Qué me dice de Poe?
–Imaginaba enfermedades porque veía la muerte muy cerca siempre.

–Proust.
–Un maniático de los resfriados y el asma. Su obsesión era tener siempre a mano pañuelos limpios. Los utilizaba una sola vez.

–Voltaire.
–Su comité de médicos le diagnosticó la mitad de las enfermedades que decía tener.

–Kant.
–Estaba todo el día midiéndose la temperatura, la tensión...

–¿La peor hipocondría?
–Creer que estás muerto.

–Eso es filosofía.