Grecia
Solvencia financiera
El sistema financiero español pasó con buena nota el nuevo test de estrés o pruebas de resistencia planteadas por la autoridad europea EBA, que calibran la capacidad de las entidades financieras para soportar un escenario macroeconómico adverso. Cuatro cajas y un banco españoles suspendieron los exámenes a la banca europea, aunque ninguno de ellos necesitará aportaciones de capital adicional, un dato relevante y positivo. Las conclusiones de los test recogen un estado de robustez general de nuestras entidades, lo que debe servir para lanzar un mensaje de solvencia inequívoco a los mercados. Si bien la prima de riesgo española mantuvo ayer la tensión y subió hasta los 338 puntos básicos, desde los 312 de la víspera, y la bolsa lideró las caídas europeas con el 1,19%, habrá que esperar a la próxima semana para valorar el efecto y la influencia de estos test en los parqués. La digestión de los análisis tendría que ser saludable, pero la confianza no se recupera en un día y por una sola causa, en este caso la buena salud de bancos y cajas.En cualquier caso, el resultado cobra más valor y significado si se tiene en cuenta que la metodología de las pruebas no era favorable a las entidades españolas. El Gobierno y el propio sistema financiero de nuestro país habían cuestionado los criterios utilizados por la EBA en su propósito de superar el descrédito sufrido por el examen realizado en 2010. En este sentido, conviene recordar cómo los bancos irlandeses quebraron pocos meses después de haber superado sin tacha las pruebas de resistencia el verano pasado. Que la evaluación de la solvencia europea no haya tenido en cuenta la provisión genérica de las entidades –fondos anticrisis–, característica del sistema financiero español, ha sido un perjuicio importante y su cómputo habría permitido probablemente un balance inmaculado. El Banco de España explicó que esos instrumentos de absorción de pérdidas, como las provisiones atesoradas en épocas de bonanza o los bonos obligatoriamente convertibles, no han sido tenidos en cuenta por la EBA por «criterios de homogeneización entre países».La banca española se ha sentido justamente agraviada por un criterio europeo poco sostenible que distorsiona los resultados. Tampoco la EBA favoreció a España con el escenario macroeconómico extremo definido en las pruebas que superó al de cualquier otro país, incluidos Grecia o Portugal.
El chequeo a fondo de cajas y bancos por parte de las autoridades europeas ha aportado el valor de la transparencia, relevante cuando la solidez del sistema se pone en cuestión, como es el caso. En este punto, España ha dado varios pasos más que el resto de países, pues ha sometido al 95% de su sistema financiero a los test, mientras que otros países, como Alemania, se han quedado en el 60%. Parece evidente que la inacabada reforma del sistema financiero, los procesos de reestructuración y recapitalización en marcha van por un camino correcto. Nuestro sistema financiero es solvente y sólido. La recuperación de la economía depende en buena medida de ello.
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