Bruselas

El PSOE se prepara para el «postzapaterismo»

Voces socialistas apuntan que Zapatero no es un valor, «es una rémora», y que ni una tregua de ETA lo salvaría.

Zapatero aún no ha desvelado si será el candidato de los socialistas en las elecciones de 2012
Zapatero aún no ha desvelado si será el candidato de los socialistas en las elecciones de 2012larazon

MADRID- Nadie sabe –porque él aún no ha querido despejar la incógnita–, si será o no candidato en 2012. Hay versiones para todos los gustos. Pero lo cierto es que Zapatero aún no ha hablado con nadie de su entorno político sobre el asunto. Se han hecho todo tipo de cábalas: que si sí, que si no, que si dependerá del desarrollo de la economía, que si será el ámbito familiar el que determine o no la retirada… A saber. Lo cierto es que hay quien el pasado julio tras escuchar sus palabras en la calle Ferraz con motivo de su décimo cumpleaños como secretario general del PSOE apreció giros, palabras, gestos, tiempos verbales que sonaron a despedida. Y que, ya antes de aquel día, algunos maniobraron para situarse en la mejor posición del Gobierno pensando en un posible cambio en 2012.

El presidente, que conoce perfectamente a todos sus colaboradores (sus virtudes, sus defectos, sus ambiciones…) y que probablemente alguna vez haya pensado en alguno como sucesor, cortó de raíz aquéllo porque no era el momento y porque le molestaron profundamente algunos movimientos precipitados. «En política, la administración de los tiempos es un valor», repite con frecuencia.

Hoy, recién estrenado septiembre, y tras un agosto que ha vivido informativamente del pulso que uno de los barones más noveles del PSOE ha echado al presidente, las aguas vuelven a bajar revueltas en el socialismo. Se habla ya de «postzapaterismo» y son varios los que toman posiciones. «Tomás Gómez jamás se hubiera plantado ante Zapatero de no ser por la debilidad en la que se encuentra el presidente», sentencia un diputado. Su tardanza en reaccionar ante la crisis no sólo le ha hecho perder credibilidad a chorros, sino que algunas voces muy cualificadas del socialismo sostienen que «ya es tarde para recuperar el tiempo perdido».

Desde que el pasado mayo, cuando los mercados, Bruselas y hasta el mismísimo Obama le pusieron al borde del precipicio, ni Zapatero ni su discurso son los mismos. El presidente se ha reinventado; se ha erigido en el gran reformista que necesita la economía española; ha proclamado su disposición a inmolarse en aras del interés nacional («Los intereses de España antes que los del partido», ha dicho en varios actos )… Pero todo esto, de momento, no le ha dado resultados. Los españoles le castigan en todas las encuestas; el apoyo cae en picado y pocos le reconocen ya la inmensa capacidad de persuasión con que debutó en el ruedo nacional en 2000.

Ya se sabe que en momentos de debilidad, crisis o finales de ciclo, se quiebran las lealtades, se multiplican los desmarques y crecen como las setas las voces críticas. ¿Alguien recuerda que el PSM se rebelase en 2007 cuando Zapatero impuso a Sebastián como candidato a la Alcaldía de la Madrid como hoy ha hecho Gómez para evitar la designación de Trinidad Jiménez? El PSOE, fue entre 2004 y 2008, una piña en torno a un secretario general que movía a su antojo candidatos, jubilaba barones, decidía cuotas, imponía nombramientos… Nadie le tosía. Hoy todo es distinto. El presidente vive uno de sus peores momentos políticos. Le espera el peor otoño desde que llegó a La Moncloa: el 29 de este mes afronta una huelga general; antes del 20 de octubre tiene, no sólo que conseguir que el PNV le apoye los PGE, sino convencer al lendakari de que el acuerdo con los nacionalistas no abrirá una vía de agua en el Gobierno vasco; el 3 de octubre los socialistas madrileños decidirán quién será el candidato a la Comunidad y si sale elegido Tomás Gómez, dentro y fuera del PSOE la derrota de Jiménez se leerá como la primera contestación interna del partido a Zapatero y en noviembre afronta las elecciones catalanas con la más que previsible derrota del PSC y la certeza del regreso de CiU a la Generalitat. Este es el panorama inmediato que le aguarda. Es, sin embargo, el virus de las primarias que el propio Zapatero inoculó en la Comunidad de Madrid para frenar a Gómez lo que más preocupa a algunos socialistas.

Se teme que la militancia convierta las primarias en un «ejercicio crítico, en una contestación interna al actual liderazgo» previa a la respuesta ciudadana que se teme en el PSOE en las municipales de 2011. El proceso de primarias se ha contagiado a otras federaciones y se ha encendido la mecha del descontento hacia Zapatero. Además de Madrid, todo indica que otros tres candidatos a elecciones autonómicas se decidirán por primarias: el de Murcia, el de Canarias y el de Valencia. En las últimas horas, también en Aragón, donde el relevo de Marcelino Iglesias por la «oficialista» Eva Almunia se esperaba tranquilo, cobra fuerza la presentación de una candidatura alternativa. «Son los primeros síntomas –advierte un barón del PSOE– de que Zapatero empieza a peder el control del partido, que la fortaleza del liderazgo hace aguas y que se tiene la vista puesta en 2012». Un destacado socialista comparte la anterior tesis hasta el punto que llama la atención sobre la implicación de algunos de los ministros de más peso en la campaña de Jiménez: «No sólo está en juego el cartel para la Comunidad, sino el control de una federación, que aporta no pocos delegados a un Congreso Federal». Quién así habla no oculta que Zapatero «no es un valor sino una rémora» y que «ni una leve recuperación económica ni una tregua de ETA servirían para recuperar la credibilidad perdida». Y cree, como otros muchos en el PSOE, que la única oportunidad de su partido de ganar en 2012 sería que el presidente, que no es ajeno a las circunstancias, terminara de articular el discurso que hace meses viene esbozando y se batiese en retirada. ¿El relevo? Muchos miran a Alfredo Pérez Rubalcaba y otros tantos añaden además que el titular de Interior trabaja ya en ello, algo que él niega. El único superviviente, junto a Chaves, de la era González, «es de los pocos nombres que hoy por hoy contaría con el apoyo prácticamente unánime del PSOE, y a Zapatero no se le escapa», afirma un miembro de la dirección federal. Claro que si algo ha demostrado la historia del PSOE es que los procesos de renovación y cambios de liderazgo casi siempre son rupturistas , además de incontrolables a los «aparatos». Sea como sea, el baile ha empezado.


LOS RETOS
- El 29 de este mes afronta una huelga general.
- Antes del 20 de octubre tiene, no sólo que conseguir que el PNV le apoye los PGE, sino convencer a Patxi López de que el acuerdo con los nacionalistas vascos no abrirá una vía de agua en el Gobierno vasco.
- El 3 de octubre los socialistas madrileños decidirán quién será el candidato a la Comunidad de Madrid y si sale elegido Tomás Gómez, la derrota de Trinidad Jiménez se leerá como la primera contestación interna del partido a ZP.
- En noviembre afronta las elecciones catalanas con la más que previsible derrota del PSC y la certeza del regreso de CIU