Asia

Pekín

Liu triunfará

La Razón
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El espectáculo que ha dado China al mundo, dejando la «silla vacía» del Nobel de la Paz en la ceremonia anual de entrega de los premios de las Academias sueca y noruega, demuestra lo lejos que todavía está el régimen comunista de un mínimo atisbo de acercamiento a los modales democráticos.
El lamentable espectáculo no ha sido sólo impedir a Liu Xiaobo que recoja el premio, sino encarcelar prácticamente a toda su familia y amigos en Pekín para que tampoco fueran a Oslo y presionar a algunos países para que no enviaran representantes a la ceremonia, además de bloquear las señales de televisión de cadenas como BBC y CNN para que no divulgaran la noticia en el país.
Con sus 1.300 millones de habitantes, China se ha convertido en la segunda potencia económica mundial, lo que hace que un manejo sin control de sus prácticas comerciales y financieras esté ganando amigos en muchos países e incluso el respeto de las potencias occidentales que están deseando penetrar también en el mercado asiático.
Los dirigentes de Pekín no quieren un régimen democrático y un Estado de Derecho homologable con Occidente. Pero saben que los ciudadanos aspiran a conseguir libertades políticas y respeto por los derechos de las personas. Y tarde o temprano el ejemplo del disidente Liu Xiaobo triunfará, y ninguna represión militar lo impedirá.