Buenos Aires

Patagonia la última tierra palestina

No es una utopía que el conflicto entre los isrelíes y los palestinos se solucione algún día. Ha habido varios intentos y, uno de ellos, ha sido utilizar tierras de la lejana Patagonia argentina y chilena, donde hay sitio para todos.

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No todas las revelaciones las filtra Wikileaks. Recientemente el canal de información árabe Al Jazeera publicó cientos de «documentos confidenciales» relativos a las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.

De entre las conversaciones que han visto la luz –1.600 actas–, destaca la propuesta lanzada por Condoleeza Rice, secretaria de Estado durante la presidencia de George W. Bush, para dar a los refugiados palestinos tierras en Argentina y Chile como alternativa al anhelado regreso a sus antiguos hogares en Israel y los territorios de Cisjordania.

Los textos se refieren en particular a «reuniones de coordinación de seguridad» entre Israel y representantes palestinos, y a las propuestas formuladas por la Autoridad Nacional Palestina en el marco de las negociaciones «sobre Jerusalén y el destino de los refugiados».
Tierra de fuego en oferta

Para los refugiados palestinos es fundamental retornar a sus tierras ancestrales, demanda a la que el Estado israelí se viene resistiendo desde su fundación en 1948. A este respecto, Al Jazeera ha leído pasajes que muestran que los negociadores palestinos están dispuestos a hacer concesiones importantes a los israelíes al tiempo que muestran firmeza en público.

Sobre los refugiados palestinos –casi cinco millones, según sus descendientes y cuyo destino es uno de los principales escollos en las conversaciones– el negociador jefe palestino Saeb Erekat, se habría mostrado dispuesto, siempre según los documentos de Al Jazeera, a «aceptar la devolución de 10.000 de ellos al año durante 10 años, o sea un total de 100.000».

¿Pero qué hacer con el resto de refugiados? Condoleeza Rice hizo esa propuesta en una reunión celebrada en junio de 2008 en Berlín entre los negociadores estadounidenses, israelíes y palestinos, conforme a los registros secretos de más de una década de negociaciones de paz fracasadas. «Tal vez podamos encontrar países que puedan contribuir de esa forma. Chile, Argentina, etc.», dice el texto.

La propuesta se basa en el hecho de que Chile tiene una importante comunidad palestina desde hace un siglo y, al igual que Argentina, dispone de grandes extensiones con bajísima densidad de población. Según los documentos, cuando se discutió sobre el financiamiento internacional para compensar a los refugiados palestinos Condoleeza Rice dijo que Chile y Argentina tal vez podían colaborar «en especies».

Madagascar fue primero

La propuesta recuerda la que se hizo en el pasado siglo para asentar a los judíos en Madagascar y algún otro país africano como Kenia. También influyó el traslado de 117 refugiados palestinos a Chile entre marzo y abril de 2008, pocos meses antes de la reunión berlinesa. Se trató de un grupo de palestinos que había vivido en Irak muchos años y había terminado en un siniestro campo para refugiados en la frontera siria durante el caos que siguió al derrocamiento del presidente Sadam Husein.

En ese momento Chile aceptó acoger a los refugiados en respuesta a un llamamiento de la ONU. Además de albergar a la mayor población palestina de toda Latinoamérica –calculada en más de 200.000 personas–, Chile aceptó también en su día refugiados de Afganistán, Colombia y la antigua Yugoslavia.

«Suramérica es una región totalmente pro palestina pese a que también alberga una de las mayores comunidades judías», asegura a LA RAZÓN, Claudio Fantini, politólogo de Córdoba (Argentina) y director del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Empresarial Siglo XXI.

«Tras la reciente decisión de Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador y Chile de reconocer oficialmente un estado palestino, los partidarios de la causa palestina se están preparando para el próximo gran paso: una declaración regional de Suramérica reconociendo un estado palestino en un territorio que incluiría a Jerusalén oriental y otras zonas que se hallan actualmente en manos de Israel», agrega.

Todo parece indicar que esa propuesta se debatirá en una cumbre de países suramericanos y árabes que se llevará a cabo el 16 de febrero en Lima, Perú.

Plan Andinia

La Patagonia también se convirtió en el escenario geográfico del Plan Andinia: una teoría que vendría a suponer la creación de un nuevo estado hebreo en la Patagonia argentina y chilena.
Cuando Theodor Herzl fundó el sionismo moderno, expuso una serie de puntos, que serían la base para formar el tan ansiado Estado de Israel y terminar de una vez por todas con la diáspora judía.

En este contexto, Herzl propuso como territorios «ad hoc» para establecer dicho Estado, a Palestina y la Patagonia. En sus planes para conquistar Palestina, establece muchas ideas que hoy se están repitiendo en la Patagonia. Entre estos está el envío de gente (pobladores), que tendrían que empezar a trabajar la tierra.

Precediendo a estos, tendrían que llegar ciudadanos judíos y grandes corporaciones y comprar territorios en Palestina. Aclaremos que en los discursos de Herzl menciona que «dentro de cincuenta años, se creará un Estado judío en Palestina, y dentro de cien años más (contando desde el año del discurso, es decir, cincuenta años después de obtener Palestina), sería apropiado adueñarse de la Patagonia»... Su nombre sería Andinia.

Estos argumentos cristalizarían en el Congreso Sionista Internacional celebrado en Suiza en 1897, donde se trazaron las líneas maestras de lo que sería la colonización de la Patagonia, llevada a cabo a través de la migración en masa y de la compra de las grandes extensiones de tierra.

Desde los años 70

Cuatro décadas más tarde, tiene lugar la creación del Estado de Israel (1948). Es entonces cuando cabría pensar que esta serie de argumentos concernientes a la colonización de la Patagonia correrían a dispersarse. Sin embargo, esta teoría se prolonga hasta nuestros días, pero con nuevos añadidos. Los investigadores que sostienen esta teoría aportan todo tipo de datos, tales como la presencia en la zona de militares israelíes a lo largo de los años 70 y 80, los asentamientos que se instalaron en Argentina durante el gobierno de Alfonsín o estudios demográficos. Kawther Salam, periodista palestino, relataba en el año 2005 en su diario: «En enero, fui por vacaciones a la Patagonia chilena. Vi a muchos israelitas, en los Coffee Shop, restaurantes, en los Ciber Café en dónde ellos representaban a menudo el 90% de la clientela, en las calles, en los barcos, en los buses, en el campo y en el bosque, todos ellos formaban parte de las unidades del ‘‘The Israel Defense Forces'' – IDF–, soldados y oficiales».

Por otro lado, la República Argentina, resulta actualmente el segundo país del mundo en cuanto a densidad de población judía se refiere, solamente superada por los Estados Unidos de Norteamérica.

Además, en el verano de 2005, sólo el uno por ciento de los turistas extranjeros que llegaban a Bariloche provenía de Israel y el año último la curva ascendió a un 15 por ciento, según informes de la Secretaría de Turismo local. Un incremento similar se ha experimentado en la venta de tierras a judíos en regiones como el Calafate.

Teorías conspirativas que con el paso del tiempo han convertido a la Patagonia en un lugar cargado de mitos y leyendas, un auténtico paraíso natural donde alguna vez palestinos e israelíes soñaron con que allí podría estar, definitivamente, la Tierra Prometida.