Al acecho de los criminales

Además del riesgo y los casos chocantes, tenían una vida propia más que intensa. Han pasado los años y han llegado otras series de parecido registro, pero el aliciente que ofrece «Londres: Distrito Criminal» es que podemos seguir el proceso desde el principio hasta el final, ya que sigue la pista a un grupo de policías y fiscales de Londres que, aunque parezca mentira –por algo es una serie– se coordinan perfectamente en vez de ponerse zancadillas los unos a los otros.
Son unos justicieros de verdad, profesionales, juiciosos, pero no monolíticos.

En este primer episodio, las imágenes de un niño por el circuito cerrado de televisión provocará que los protagonistas se enfrenten a dilemas morales de enjundia. Y es que estos policías y fiscales, a diferencia de otros que hemos visto en películas de «serie Z» y telefilmes del montón, piensan. Son hombres de acción que no se han dejado las neuronas por el camino, al revés, incluso las usan en ocasiones más de la cuenta. «Londres: distrito criminal» promete emociones fuertes, unidas a una acción que raras veces languidece, aunque bien es verdad que sus guiones presentan en algunas ocasiones signos de agotamiento.