Castilla-La Mancha

Andalucía en el espejo de la «dieta Cospedal»

Arenas clausurará hoy junto a Rajoy la Convención Nacional del PP en Málaga 

Fotografía de familia de la Delegación Andaluza en la Convención del PP
Fotografía de familia de la Delegación Andaluza en la Convención del PPlarazon

MÁLAGA- A la Convención Nacional del PP sólo le queda el broche final con las intervenciones de Mariano Rajoy y Javier Arenas. Un fin de fiesta con aires de mitin. Se correrán las cortinas de los graderíos, crecerá el aforo –de unas mil personas los dos primeros días– y los autobuses con las pegatinas del cambio pondrán el GPS apuntando al Palacio de Congresos de Málaga.
La capital de la Costa del Sol ha reunido a un partido con ecos internos de quinielas sobre las parrillas de salida al Congreso y al Senado, la herencia con aviso por derribo que toca gestionar y la certeza –aunque contenida– de que Rajoy pondrá primero los dos pies en la Moncloa y luego lo hará Javier Arenas en San Telmo.

Dos días en los que ha habido más molde ideológico –bajada de impuestos, austeridad, salida no ideológica de la crisis– que propuestas de nuevo cuño. En el PP hay muchos que creen que es inteligente avanzar con la inercia de los Alisios mientras a Zapatero y a Rubalcaba les fríen las nucas el viento africano de los cinco millones de parados y el horizonte oscuro de la crisis.

La secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal, sacó el espejo en el que Arenas quiere que se mire Andalucía. El PP ya ha marcado distancias con algunas iniciativas de la «dieta Cospedal», como la supresión de la Oficina del Defensor del Pueblo, pero parte de su plan está contenido en las más de medio centenar de medidas de transparencia y regeneración democrática presentadas por los populares en la Cámara autonómica y tumbadas por el PSOE. Entre ellas, la limitación de mandatos que ahora pone Rajoy en órbita nacional. «Uno de los objetivos más urgentes de nuestro plan era adelgazar al máximo la estructura de una Administración pública devoradora de recursos y oportunidades para la iniciativa privada. Para ello, hemos reducido un 50 por ciento de altos cargos y de puestos de libre designación», deslizó la «número dos» del partido.

Antes, al inicio de su intervención, dijo que «el futuro está escrito en el destino de un político con mayúsculas, en cuyo pecho cabe Andalucía entera. Habló de una gran persona, un político de raza, en cuyo corazón habitan ocho millones y medio de andaluces».

Arenas, sentado junto a Mariano Rajoy y su mujer, se levantó y recogió los aplausos con un toque de aire taurino. Las convenciones son exactamente esto. Un cónclave de autoafirmación y exhibición de músculo. Otra cosa son los congresos. Y otra cosa muy diferente los congresos en los que el espejo son las hojas de las navajas. Aquel de Valencia en 2008, por ejemplo.