Ciudad del Vaticano
Roma se blinda para honrar al Papa
Estos días, la cara de Juan Pablo II puede verse en casi cualquier sitio en Roma: en los carteles publicitarios de los autobuses, en marquesinas y calles, en las páginas de los diarios y revistas, en los sellos, y, por supuesto, en la Plaza de San Pedro.
En la Ciudad Eterna todo está preparado para el ascenso a los altares del Papa polaco, que con sus tres días de ceremonias (vigilia, el sábado; beatificación, el domingo; y misa de acción de gracias, el lunes) congregará a alrededor de un millón de personas. Las autoridades de la capital italiana han preparado un dispositivo de seguridad especial para este evento de interés internacional y al que se espera que acudan más de 50 jefes de Estado y delegaciones de 62 países.
Cerca de 4.000 agentes y militares, la mitad de los cuales se desplegarán en el Vaticano y sus alrededores, vigilarán por tierra, aire y agua para que todo transcurra con normalidad. Según explicó el jefe de Policía de Roma, Antonio Manganelli, habrá francotiradores apostados en los tejados de los edificios cercanos a la Plaza de San Pedro, mientras que buceadores realizarán inmersiones en el río Tíber para descartar que un posible atentado parta de sus aguas. En el cielo, helicópteros dotados de cámaras sobrevolarán la capital.
Serán las únicas aeronaves que se divisarán desde El Vaticano, ya que su espacio aéreo estará cerrado.Para hacer más fácil el acceso a la Plaza de San Pedro, donde se celebrará la ceremonia de beatificación, y evitar así los habituales engorros del tráfico, las autoridades de Roma establecerán una enorme zona peatonal en los alrededores del Vaticano desde las cuatro de la mañana del domingo. La Policía ha previsto además que los peregrinos se sometan a controles antes de penetrar en la «zona caliente» que conforman la vía de la Conciliazione, la Plaza y la Basílica de San Pedro y los alrededores de la Santa Sede.
Habrá que esperar al domingo para saber finalmente cuántas personas convoca la beatificación de Juan Pablo II entre fieles llegados desde el extranjero y otras partes de Italia y romanos. El Ayuntamiento de la Ciudad Eterna apuesta por que rondarán el millón, otras fuentes elevan la cifra hasta los 2,5 millones mientras que el Vaticano sostiene que serán unos 400.000. Las estimaciones modestas son tradición en la Santa Sede: evitan echar las campanas al vuelo antes de tiempo.
Como colofón de los preparativos, esta mañana se trasladará el féretro de Juan Pablo II desde las grutas vaticanas para ser colocado frente a la tumba de San Pedro. Luego será llevado ante el Altar de la Confesión, dentro de la Basílica, donde el Papa y los cardenales concelebrantes venerarán después de la ceremonia los restos del nuevo beato. Luego podrán hacerlo todos los peregrinos que lo deseen hasta que, finalmente, el féretro será colocado en su ubicación final, la capilla de San Sebastián.
Una muestra para admirar su trayectoria
Los peregrinos que viajarán a Roma este fin de semana podrán recordar los momentos de la vida del Papa polaco gracias a la exposición «Juan Pablo II. Homenaje de Benedicto XVI en ocasión de la beatificación», que se inauguró ayer en el Brazo de Carlo Magno del Vaticano y que permanecerá abierta hasta el 24 de julio. Se divide en quince partes que recorren la infancia y juventud de Karol Wojtyla en Wadowice y Cracovia, su elección como Papa, sus 26 años como obispo de Roma y su muerte el 2 de abril de 2005.
El cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de la Santa Sede, afirmó ayer que Juan Pablo II mantuvo una «actividad multiforme y vastísima», la cual mantuvo siempre un centro «claro y determinado: Cristo y el hombre. Cristo camino del hombre y, por eso, el hombre camino de la Iglesia». La muestra la organiza la Gobernación del Estado del Vaticano en colaboración con la embajada polaca ante la Santa Sede y su ministerio de Cultura.
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