Historia
Un presidente hundido
El presidente prolonga su agonía y la de todos. Sus bandazos, cambios de rumbo e improvisaciones nos han llevado a un punto de difícil retorno. En un claro ejercicio de irresponsabilidad nos deja sin expectativas de futuro, gobernando a la deriva, sin respaldo social, con el Parlamento en contra y un país que mira con asombro a su presidente intentando ocultar la realidad incluso a los suyos. Instalados en el desgobierno, parece normal que la vicepresidenta económica mienta sobre el endeudamiento de los ayuntamientos y la deje en evidencia su presidente sin que parezca importarles modificar el BOE. Pero en la huida hacia delante de ZP ya nada importa. Ni siquiera su famoso talante, roto en mil pedazos cuando toma decisiones que le critican hasta sus barones, quienes en voz baja piden que deje paso a savia nueva. Ya hasta los conejos de la chistera salen noqueados y el impuesto a los ricos no sirve ni como demagogia barata ni marketing al progresismo de salón. El propio ZP asume que sólo afectará al 0,1 % de los españoles con posibles. El presidente está hundido. Ayer todos le dieron la espalda. Pero siempre le quedará José Blanco para recordarnos que los del PP son antipatriotas por no apoyar al Gobierno. Antes eso provocaba una sonrisa. Ahora, indignación.
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