Reino Unido

Licuefacción: la muerte más «verde»

¿Prefiere que su cuerpo sea enterrado o incinerado cuando muera? Se suman ahora como nuevas alternativas el ser liofilizado o licuado. Si se quiere abandonar el mundo con el menor impacto medioambiental, habrá de optar por este último método.

La licuefacción se basa en la hidrólisis alcalina
La licuefacción se basa en la hidrólisis alcalinalarazon

La muerte no sólo conlleva en el entorno del difunto un gran impacto emocional, sino también medioambiental a la vista de las últimas investigaciones sobre el destino del cuerpo del fallecido.


No falta el ranking de métodos más perjudiciales para el ecosistema, liderado por el entierro tradicional, que comporta un gasto medioambiental de 80 euros. Le siguen la incineración, la congelación (con un coste de 10 euros) y, como el proceso más «verde», la licuefacción. Con éste último, «se podría hacer desaparecer el planeta por cero euros», aseguró el grupo de investigación holandés «TNO».


Convertir el cuerpo en líquido
La licuefacción se basa en la hidrólisis alcalina, es un proceso desarrollado por un laboratorio de Glasgow, por el cual se disuelve el cuerpo en una cámara que contiene agua e hidróxido de potasio. El proceso tarda de dos a tres horas. El cuerpo se disuelve lentamente en un polvo, de la misma manera que lo hace durante la cremación. El líquido restante es estéril y se drena, se limpia, y vuelve al ciclo del agua.


La compañía «Cryomation», con sede en Woodbridge (Reino Unido), ha ideado otro método con el que se congela el cuerpo a -196º en nitrógeno líquido antes de secarlo al vacío y eliminar los metales como el mercurio en los empastes dentales. Ambas tecnologías reducen drásticamente el impacto ambiental de la eliminación del cuerpo, incluyendo las emisiones de gases de efecto invernadero.


El peor camino a seguir para el medio ambiente es el enterramiento, según el informe, con un coste de más de 80 euros resultado de la cantidad de tierra utilizada por los cementerios, las emisiones de gases de efecto invernadero producidos en la fabricación de lápidas y el mantenimiento de las instalaciones.