Noruega
Breivik la coartada de la locura
Anders Breivik no puede ser considerado penalmente responsable ni ir a prisión. Según el informe psiquiátrico presentado ayer a la Corte de Oslo, el ultraderechista noruego no era dueño de sus actos y sufría una «esquizofrenia paranoide» cuando el 22 de julio cometió los atentados de Oslo y Utoya, que se cobraron la vida de 77 personas.
MADRID- En caso de ser declarado demente, el terrorista, que se enfrenta a una pena máxima de 21 años de prisión, será internado de por vida en una institución psiquiátrica por representar un peligro para la sociedad, según el diario «VG».
«El informe señala que Breivik ha desarrollado una esquizofrenia paranoide durante un largo periodo que lo ha convertido en la persona que es ahora», explicó ayer a la Prensa Svein Holden, uno de los fiscales del caso. A su lado, la fiscal Inga Bejer Engh añadió que «si la conclusión final es que Breivik sufre demencia, pediremos al tribunal durante el proceso que sea condenado a tratamiento psiquiátrico forzado, si es necesario, para el resto de su vida». No obstante, Engh explicó que el juicio comenzará como estaba previsto el próximo 16 de abril, «ya que la corte tendrá que decidir si ha cometido o no los actos».
El ultraderechista viviría en un universo propio, lleno de delirios de grandeza. Breivik se considera a sí mismo «el caballero más perfecto desde la Segunda Guerra Mundial» y cree que su organización, los Caballeros Templarios, asumirá el poder en Europa. Con fría meticulosidad preparó durante años unos atentados hasta entonces impensables en la pacífica y tolerante Noruega. Aquel 22 de julio colocó un bomba frente al complejo gubernamental en el centro de Oslo, que dejó ocho muertos y numerosos daños materiales. A continuación, se dirigió a la cercana isla de Utoya, donde mató a tiros 69 adolescentes que participaban en el Campamento de las Juventudes Laboristas.
El informe aún tiene que ser aprobado por la Comisión de Medicina Forense, aunque ésta no analizará las conclusiones. La Fiscalía puede en principio no seguir las recomendaciones del texto o pedir otro nuevo, si bien sería algo muy poco usual en la tradición jurídica noruega. Torgeir HusbyHusby, uno de los psiquiatras que han redactado el texto, señaló que había sido un trabajo «amplio y difícil», pero añadió que «nunca» habían dudado sobre la conclusión.
EL DATO
77 muertos se cobró la peor tragedia sufrida por Noruega desde la invasión nazi el 10 de abril de 1940. El fanatismo del ultraderechista Anders Breivik conmocionó a un país tolerante y cosmopolita conocido por conceder cada mes de diciembre el Nobel de la Paz.
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