Ciclismo

Francia

El Tourmalet un «mal retorno» en el camino

Le Tourmalet, "camino de mal retorno"en la antigua lengua gascona, es el puerto mitológico del Tour y en 2010 se subirá dos veces para conmemorar el primer paso de hace cien años, cuando la carrera precisaba dureza extrema y fuertes emociones para venderse al mundo.

Contador y Schleck se la juegan en los Pirineos
Contador y Schleck se la juegan en los Pirineoslarazon

El primer conquistador de la cima, Octave Lapize, cruzó la meta a pie entre tierra y piedras y ya entonces dejó constancia de su aspereza. "Sois unos asesinos", espetó Lapize a los responsables de la carrera nada más coronar la cumbre.El Col de Tourmalet se eleva majestuoso hasta los 2.115 metros, desde donde preside la inmensidad. Sólo una vez ha sido meta en un Tour de Francia así que es un territorio únicamente "conquistado"por el francés Jean Pierre Danguillaume, quien ganó la única etapa que ha terminado allí (1974).Nadie más ha levantado los brazos en su cima si no ha sido para pedir agua. Sin embargo, es el puerto con el que sueñan los profesionales y el más modesto de los cicloturistas. Es, con La Madeleine, la subida más larga del Tour de Francia.No tiene las veintiuna revueltas del Alpe d'Huez, pero se hace interminable, fatigosa y sempiterna. En la cima del Tourmalet se alza el monumento a Jacques Goddet, fallecido director del diario "L'Équipe"y gran impulsor del Tour.La montaña del "mal retorno"siempre ha formado parte de etapas inolvidables. Así, Bahamontes ganó en 1958 en Luchon tras pasar el Tourmalet, Julio Jiménez en 1964, Fernando Manzaneque en 1967, Luis Ocaña en 1970 o José Manuel Fuente en 1971. Otros ganadores españoles en los Pirineos, con "su majestad"Le Tourmalet de testigo, son Pedro Torres (1973), Miguel Induráin (1989) o Laudelino "Lale"Cubino (1998).Una de esas etapas inolvidables en las que se coronó el Tourmalet fue la que ganó Pedro Delgado en 1985, su primera victoria en el Tour. Llegó primero a la cima de Luz Ardiden tras un espléndido trabajo de equipo que contrarrestó el potencial del colombiano Lucho Herrera, segundo en aquella etapa.Aquel día, nada más comenzar la etapa, José Miguel Echavarri ordenó que varios corredores se fueran por delante, entre ellos José Del Ramo y Peio Ruiz Cabestany. Perico les iba alcanzando y cada uno de ellos le trabaja unos kilómetros hasta que el segoviano remató la faena una vez que Peio "reventó"físicamente.Las flaquezas de Hinault"Recuerdo que había una niebla increíble en la meta, hubo momentos en que nadie sabía dónde andaba cada uno", evoca con frecuencia Perico Delgado, que aquel día atacó a cuatro kilómetros de la cima del Tourmalet al ver síntomas de "flaqueza"en el francés Bernard Hinault, quien terminó de "apagarse"en Luz Ardiden.Fue una de esas jornadas plenas de épica y heroísmo. La imagen de televisión se cortaba y el narrador español de la época, Ángel María de Pablos, apenas tenía base para sus comentarios. Salió del apuro tirando de datos históricos, de recursos y de imaginación mientras Perico, "encerrado"entre la niebla, trataba de arañar metros a la cima.Sin el Tourmalet también hay victorias pirenaicas españolas de enjundia como la de Javier Otxoa en Hautacam (año 2000), Roberto Laiseka (2001), Juan Miguel Mercado (2006), Alberto Contador (2007), Luis León Sánchez (2009) y Carlos Sastre, quien ganó en 2003 en la misma llegada de hoy en Les Domaines.Aquella fue otra victoria memorable porque el corredor abulense sacó un chupete del maillot para dedicarle la etapa a su hija recién nacida. Desde entonces, lleva una imagen de aquel chupete impresa en su bicicleta."La llegada al Tourmalet es de lo que todo el mundo habla", dijo ayer Alberto Contador respecto a las etapas pirenaicas. El martes y el jueves esa cumbre mítica dará y quitará. Los mejores de la general lo saben. Ya son cien años de "mal retorno".