El copago está encima de la mesa por Sergio ALONSO

Aunque Moncloa lo niegue y Sanidad, convenientemente aleccionado, procure guardar silencio tras la salida de tono de Trinidad Jiménez, el debate del copago a nivel oficial existe, está muy encima de la mesa y, desde luego, no acumula polvo en los cajones de ningún ministerio.

Lo estuvo incluso en el seno del propio Gobierno la noche anterior a que Zapatero sorprendiera a todos en el Congreso con el anuncio del drástico «tijeretazo» para enjugar el déficit. Aunque varios ministros se mostraron a favor de «corresponsabilizar» al usuario en el gasto sanitario, al final, el miedo al efecto en las urnas de una medida de este tipo llevó al propio presidente a aparcar la idea: la consecuencia fue el duro golpe recaudatorio aprobado contra los laboratorios, golpe que luego el Ministerio de Sanidad redireccionó también hacia las farmacias y los fabricantes de productos y tecnología sanitaria.

La cosa, sin embargo, no se queda ahí. El propio Ministerio y los consejeros socialistas considerados de más peso o más afines al equipo de Jiménez han sondeado esta posibilidad de financiación sanitaria extra, ante el convencimiento de que las medidas adoptadas son meramente coyunturales y, por tanto, no sirven, al olvidarse de la demanda sanitaria, el otro gran factor de gasto en el sector.

De momento, Sanidad guarda silencio a la espera de órdenes, al margen de deslices verbales sobre una posible tasa disuasoria, pero el último toque de atención de Europa advirtiendo al Gobierno de la necesidad de más recortes en 2011 para enjugar el déficit deja más que abierta la puerta a su extensión. Las fórmulas estudiadas son variadas, pero no debe perderse ojo a las que tengan un fin recaudatorio. Ésas son las que más gustan en Sanidad.