Nathalie Seseña: «Las mujeres olemos a los golfos enseguida»

–Es Dorina, la que alerta a Orgon de que Tartufo es un estafador...
–Las mujeres tenemos una intuición especial para eso: olemos a los golfos enseguida.

–«Tartufo» es una reflexión de Molière sobre el engaño. ¿Qué cree que nos viene a decir?
–Que cuando negamos lo evidente, alguien nos está liando. Y ojo con creer en las personas perfectas: nadie es inmaculado.

–Y usted, ¿qué me dice sobre el engaño?
–Que las apariencias engañan.

–Pues, ya ve: vivimos en la sociedad de la apariencia...
–Sí, una sociedad que potencia el envase en lugar del contenido.

–Sólo son felices, dicen, los que se mienten a sí mismos. ¿En qué engaño vive usted?
–Todos vivimos la cultura del engaño y es difícil sustraerse a ella.

–¿Es fácil de engañar?
–Sí. Me gusta creer y jugar a ser ingenua. Es muy aburrido no creer en nada. Yo creo en todo: en los ovnis, en los milagros...

–¿Y engaña bien?
–Espero que sí, porque vivo de engañar desde hace 20 años.

–Tartufo es un falso devoto y un desalmado. ¿Dónde ve más «tartufos»?
–En las altas finanzas y en la política.

–Los «tartufos» del XVII lograron que se prohibiera la obra. Hoy no les importa nada a los «tartufos»...
–Pasan. Ahora estamos anestesiados contra todo.

–¿La prima de riesgo es una prima que hace puenting?
–Ja, ja, ja. La economía nos ha llenado de términos que no entendemos.

–Afirma Woody Allen: «Nadie puede decir que he triunfado por mi belleza». ¿Puede decir lo mismo?
–Si lo dijo Woody, no conviene repetirse. Sí, yo podría decir algo así.

–¿Trabajaría más si fuera muy guapa?
–En esta profesión el trabajo es un misterio insondable: no tiene que ver con la belleza ni a veces con el talento.

–Protagoniza la serie «La que se avecina». ¿Qué se avecina?
–Un cambio profundo, un cambio de conciencias, un cambio de hábitos.

–Habrá que ver cómo anda la caja de cambios...