San Francisco
Maribel Verdú: «Siempre me pongo un año de más»
La madrileña amadrinó el ciclo de Cine Español en Shanghái
Un «Pekín exprés» a lo Verdú. Más de 48 horas costó que la actriz viajara de Madrid a Shanghai en un viaje patrocinado por la huelga de los controladores aéreos franceses. Y lo hizo de la mano de su esposo, Pedro Larrañaga. Apenas media hora le bastó para dejar a un lado el «look» propio de una turista atrapada en el aeropuerto de Qatar por el de la estrella que abandera el ciclo de Cine Español. Y todo, sin perder la sonrisa.
-Shanghái impacta...
-Sobre todo, los contrastes de una calle a otra entre los rascacielos, los barrios de artistas y las casitas con sus señoras lavando la ropa.
-Se ha proyectado «Los girasoles ciegos» con una sala a rebosar...
-Ocurrió también el día anterior con «Flamenco, flamenco» de Carlos Saura. La gente ha tenido muy buena reacción. Sé que la censura ha echado para atrás unas cuantas películas de nuestro país sin motivo aparente. Tienen la oportunidad de ver un cine que no podrán ver jamás si no es así.
-¿Ves cine de estas tierras?
-Zhang Yimou me flipa, con el taiwanés Ang Lee me lo paso pipa... Aportan una cultura distinta y una estética demoledora. Siempre he soñado con ser Gong Li.
-¿Y qué aprende de ellos?
-No me pongo una película para aprender, lo hago para dejarme llevar, como todos. Si no, sería un rollo plantarme delante de la pantalla para examinar. Lo que quiero es abstraerme y pegarme un viaje maravilloso o decir «¡qué suplicio!». En este sentido, me he puesto un límite: en los guiones marco la página 13; en los libros, la 50 y en las películas, media hora. Si a partir de ahí, no me enganchan, lo dejo.
-Ciclo de cine en China, homenaje a su carrera en Londres...
-Y entre medias me he ido a cumplir 40 años a San Francisco y a Las Vegas con mi chico y unos amigos. De ahí, me iré a Sarajevo a rodar un documental «underground» sin diálogos, sólo con la Sinfónica de Sarajevo de fondo mientras mi personaje recorre la ciudad huyendo de los francotiradores. Contactaron precisamente por otro festival de cine, donde la directora de la cinta vio una película mía.
-¿Le da la sensación que está recogiendo lo sembrado?
-Es cierto que puedo elegir el guión que más me gusta dentro de cinco que me llegan. Aun así, puedes elegir una película y luego el primer día de rodaje, cuando ves las pautas del director, acabas diciendo: «Dios, en qué me he metido». También he tenido mis tramos sin trabajo. Es lo mejor que me ha pasado. Soy cero dramática, cero tremendista y desde entonces me tomo todo con menos ansiedad.
-¿Cómo ha vivido rodar con Alejandro Sanz y Gracia Querejeta?
-Hace muchos años le dije a Alejandro que nunca había rodado un videoclip y, cuando llegó la canción «Lola Soledad», me dijo que quería darle un toque cinematográfico conmigo. Así que no esperéis el típico videoclip del beso y la espiga de trigo. Gracia es poligonera y cuenta la historia de una mujer de barrio.
-¿Podemos decir que Maribel es una cuarentañera?
-Lo de los 40 es la bomba. No veo que me vaya a llegar la depresión de la que hablan. Me encuentro mejor que a los 20. Es más, siempre me pongo un año de más, es más inteligente.
Vuelta a la televisión
Aplausos por doquier para la Verdú y Carlos Saura en el Ciclo de Cine Español en Shanghái. Incluso piensa en repetir. «El año que viene nos quieren traer para presentar ‘‘Goya en Burdeos'', pero aparezco desnuda... No sé qué pasará», bromea Maribel mientras estudia algunas propuestas televisivas «de época». «No me planteo una serie tan larga como ‘‘Canguros'', va en la línea de las miniseries de calidad que se emiten», confiesa.
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