«Barcelona tiene un problema con las bandas latinas y los okupas»

BARCELONA- Es sabido que Barcelona está considerada, en internet, como la capital europea de los movimientos antisistema, pero, ¿opinan lo mismo los expertos?. El catedrático de Psicología de la Universitat de Barcelona, Andrés Pueyo, considerado uno de los mayores conocedores de España de la violencia juvenil, explica a LA RAZÓN que la capital catalana «tiene un problema con las bandas juveniles y las latinas».
Lo demuestra el hecho que tanto los Mossos d'Esquadra como la Guardia Urbana y los servicios sociales han llevado a cabo iniciativas para prevenir este tipo de delincuencia. «No es un problema nuevo, pero sí que tiene unas propiedades asociadas a la inmigración y sus consecuencias sociales».
El movimiento antisistema está tan bien organizado ahora en Barcelona como siempre, pero Pueyo está de acuerdo con los Mossos, en resaltar el problema de las bandas latinas. Tras una larga época de letargo, en la que incluso fueron legalizados por la Generalitat, los «Latin Kings», junto a otros grupos cada vez más numerosos y activos –«Mara 18», «Ñetas»– vuelven a reorganizarse y a actuar, especialmente en Nou Barris y Collblanc.
Pueyo señala que el tipo de violencia juvenil asociada al alcohol y al entorno familiar y escolar es casi idéntica en Madrid que en Barcelona y en otras ciudades europeas. Sin embargo, la violencia grupal ejercida por jóvenes sí tiene, a su juicio, unas peculiaridades en Barcelona. Por un lado, el experto considera que las coordenadas específicas de la Ciudad Condal vienen definidas por «una importante inmigración». Es en este punto donde entran las bandas latinas. Además, los Mossos llevan tiempo alertando de que están captando a autóctonos, «despistados» con sus vidas.
La otra coordenada es, según Pueyo, «la tradición política de grupos de ideología radical que siempre han estado presentes en el panorama socio-político de la ciudad y su área metropolitana». El catedrático destaca su deriva. «Primero eran extremistas de izquierda, después ‘okupas' y ahora simplemente antisistema», dice.
Pueyo cree que Barcelona tiene un problema con este tipo de violencia juvenil, pero sin caer en grandes alarmismos. «Hemos asistido, eso sí, a una serie de delitos graves y violentos impactantes (asesinatos entre bandas, homicidios en contextos escolares)», admite. Otro dato preocupante, recuerda el catedrático, es que en la encuesta de victimización de Barcelona de 2009, las víctimas más frecuentes de delitos fueron los jóvenes de entre 16 y 29 años, un 32,62 por ciento.